El proyecto de activación social 'La Caja de Experiencias' que promueve la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad, a través del Instituto Murciano de Acción Social (IMAS), ha permitido que 446 personas en situación de vulnerabilidad de la Región hayan adquirido las herramientas necesarias que le permitan acceder a los recursos de su entorno, desarrollar su proyecto de vida y participar activamente en la comunidad.
Las conclusiones de este proyecto financiado con fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con 3,3 millones de euros y desarrollado en colaboración con los ayuntamientos de Alcantarilla, Cartagena y Murcia han sido expuestas hoy en la Jornada 'Laboratorio de Inclusión: La Caja de Experiencias, aprendizajes para la Activación Social'.
La consejera de Política Social, Conchita Ruiz, destacó que el objetivo principal de esta iniciativa "es que nadie se quede atrás y que todas las personas puedan evolucionar y desarrollarse en igualdad de condiciones, ayudándoles a salir de la situación de desigualdad y exclusión social en la que se encuentran". De ahí que estos itinerarios de activación social hayan sido sometidos a una evaluación experimental con el fin de "planificar unas políticas sociales más eficaces y eficientes, basadas en la evidencia y en la necesidades de cada persona".
La jornada ha reunido a más de un centenar de profesionales del ámbito social de la Administración Pública y entidades del Tercer Sector e incluso a participantes del proyecto de 'La Caja de Experiencias', la mayoría de ellas, personas perceptoras del Ingreso Mínimo Vital (IMV) y de la Renta Básica de Inserción (RBI), así como a otras personas reconocidas como vulnerables.
Los datos expuestos durante la presentación recogen que la valoración que realizan las personas participantes ha sido muy positiva ya que puntúan con un 4,51 sobre 5 el grado de satisfacción, y destacan con un 64 por ciento la participación mayoritaria de mujeres.
Las dinámicas formativas realizadas durante el pasado año han tenido una duración aproximada de 5 meses y han contado con la coordinación de un equipo multidisciplinar. Dichos itinerarios de inclusión activa incluyen actividades individuales y grupales dirigidas al acompañamiento psicosocial, la capacitación y adquisición de competencias personales en función de las necesidades de las personas y la activación comunitaria.
La titular de Política Social explicó que "las personas participantes han desarrollado cambios positivos en su vida a corto plazo, como mejoras en su bienestar personal, una mayor socialización, adquisición de competencias de autocuidado, el conocimiento y participación en los recursos comunitarios o el uso de los medios digitales. Incluso estos cambios han traído aparejado una mejor autopercepción de su situación de vulnerabilidad".