Nos acercamos a una nueva celebración de la apertura del Año Judicial en el TSJ de la Región de Murcia, el próximo 15 de septiembre, en la que toda la cúpula judicial y política de la región se colgará sus togas y sus mejores galas para festejar tan insigne día. Volverán a denunciar la pésima situación de la Justicia en Murcia, la falta de jueces y fiscales, la falta de sedes judiciales, las altísimas cargas de trabajo, acumulaciones y retrasos, etc. Y todo volverá a quedar igual o peor que estaba.
Podemos seguir lamentándonos sobre muchos de los problemas y déficits estructurales crónicos de la administración de justicia en nuestra Región, pero a nadie se le escapa que este 2023 ha sido especialmente crítico no solo para nuestro ámbito sino para toda la Justicia en España.
Los conflictos y las huelgas han estallado en una administración ya muy maltrecha por los profundos déficits de recursos humanos y materiales que sufre desde hace décadas, sumándose a la profundísima y larga crisis institucional por la falta de renovación de CGPJ. Se ha ido generando una "tormenta perfecta" que no va a desaparecer si no se ponen encima de la mesa soluciones integrales y voluntad política decidida para apostar por la Justicia como servicio esencial.
Para la ciudadanía la Justicia se ha convertido en el mayor problema, y así lo expresa el 70% de los encuestados en la última encuesta del CIS. En el interno, se han roto muchos puentes, se han creado tensiones y adoptado posiciones que a día de hoy parecen irreconciliables entre los diferentes colectivos que trabajamos en la Administración de Justicia pero que hay que encauzar en un espacio de diálogo y negociación con el principal responsable de esta situación, esto es, el Ministerio de Justicia, al que desde CCOO exigimos una solución inmediata que debe pasar por reconocer la profesionalidad del personal que día a día trabaja en los órganos judiciales y fiscales y la solución al monumental atasco judicial provocado por las diferentes huelgas soportadas.
La solución no puede ser atender las peticiones de unos colectivos frente a otros, el clasismo de este Ministerio que ha negado el pan y la sal al 93% del personal sin propiciar un verdadero proceso de negociación en más de 70 días de huelga, mientras sí le han "arreglado lo suyo" al restante 7% de la Administración de Justicia que suponen la élite de los que más cobran, han contribuido a recrudecer el conflicto y a que el mismo todavía siga muy vivo.
Desde CCOO exigimos que la próxima apertura del año judicial no sea un acto protocolario sin más, un acto en el que se vuelve a incidir sobre los mismos temas una y otra vez como si fuera un mantra. Esperamos que esta vez el TSJ de la Región de Murcia sea consciente que atravesamos una situación crítica y de extrema "excepcionalidad" y que, dentro de sus competencias, actúe en consecuencia y ponga su granito de arena dejando de ponerse de perfil en el conflicto del personal de Justicia y asumiendo como una prioridad ayudar a "encontrar un espacio de diálogo que permita encauzar las legítimas aspiraciones laborales del personal de justicia evitando daños en el servicio público de justicia" (según las propias declaraciones del Presidente del TSJ de Murcia) ya que los problemas de la justicia no son sólo los de los jueces.
Mientras, desde CCOO y todo el personal de los cuerpos generales y especiales de la Administración de Justicia vamos a seguir exigiendo desde el minuto uno el reconocimiento profesional y retributivo de nuestro colectivo y la negociación de nuestras condiciones laborales que dieron lugar a las contundentes movilizaciones que llevamos a cabo en los meses anteriores y que no dudaremos en continuar, esperando que la designación de un o una nueva titular del Ministerio de Justicia tenga voluntad de solucionar el conflicto por el bien del servicio público de la Justicia.