La imagen de San Pedro Apóstol (Francisco Salzillo, 1780) volvió hoy a la iglesia parroquial del mismo nombre de Murcia, una vez finalizado el trabajo de rehabilitación en el Centro de Restauración de la Comunidad.
El consejero de Presidencia, Turismo, Cultura, Deportes, Juventud y Portavocía, Marcos Ortuño, hizo la entrega de esta imagen de grandes dimensiones, una de las más luminosas y resplandecientes de la iconografía salzillesca. Durante el acto, al que también acudió el obispo de la Diócesis, José Manuel Lorca Planes, Ortuño subrayó "la importancia de la conservación y protección de nuestro patrimonio artístico y cultural y para lo que es fundamental la labor que se realiza desde el Centro de Restauración".
La restauración de San Pedro Apóstol se ha alargado durante once meses, desde abril de 2022 hasta marzo de 2023, tiempo en el que se han subsanado los diversos daños que presentaba, en su mayoría ocasionados por su uso procesional, ya que la imagen, además de presidir la iglesia desde su camarín del altar mayor, también es procesionada por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Esperanza la tarde-noche del Domingo de Ramos.
También se sumó la alteración de los materiales aplicados en las anteriores intervenciones, la última llevada a cabo en 1991, destacando el virado del color de algunas reintegraciones cromáticas o la oxidación de barnices, que produjo una alteración notable de los colores de la policromía original. Tras estos análisis iniciales, se tomó la decisión de levantar completamente toda la restauración anterior para corregir las alteraciones cromáticas, dando paso a una intervención profunda y minuciosa que se ha prolongado a lo largo de casi un año como consecuencia del enorme trabajo realizado, con hasta tres restauradores trabajando al unísono sobre la obra.
A partir de ahí, comenzó un proceso de restauración que mostró el estado de conservación real de la obra y las distintas intervenciones a las que había sido sometida previamente, así como la técnica empleada originalmente en esta escultura.
Obra de madurez, Francisco Salzillo la realizó para el camarín del retablo mayor del templo donde es titular, llevando a cabo una impecable técnica donde descuellan los dorados y policromías de la madera tallada, trasunto de sedas, espolines y tejidos dieciochescos. Y deriva iconográficamente del tema de las lágrimas de San Pedro, abatido y arrepentido tras negar a Cristo tres veces antes del canto del gallo.
El gallo complementa la obra
Al revisar el informe de la restauración de 1991, se observó cómo la escultura del apóstol estaba complementada por un gallo, también realizado en madera policromada. Un elemento que, desde aquel momento, se apartó de la imagen y se conservó en el almacén de la cofradía.
Ha sido ahora cuando se ha descubierto que el animal era una obra antigua, realizada en el mismo siglo XVIII, y que podía estar hecha por Francisco Salzillo al constar documentalmente que el gallo formaba parte del conjunto en 1797, asentado sobre la roca en la que el apóstol apoya su brazo izquierdo, en diálogo directo con la efigie. Una ubicación que sirve para completar el relato evangélico que narra la negación de Pedro hacia su maestro justo antes de que el gallo cantase tres veces.
Once meses de trabajo que han supuesto la reparación integral de la idea primitiva de Francisco Salzillo, tras la restitución de los colores de la policromía original, junto a la recuperación del gallo, que sólo se colocará en la efigie cuando ésta se encuentre en el camarín del altar mayor, utilizando el tradicional gallo disecado para la procesión del Domingo de Ramos.
Este trabajo muestra el elevado nivel del Centro de Restauración de la Región de Murcia y se suma a otros grandes hitos de la restauración de nuestro patrimonio escultórico regional, como la restauración del Paso de la Cena de Francisco Salzillo, la Virgen de la Fuensanta, patrona de Murcia, o la Virgen de la Caridad, patrona de Cartagena, entre otros.