Se invertirán 80 millones de euros para hacer frente al fuego hasta 2027, incrementando la partida anual de 9 a 16 millones de euros

El Gobierno regional presentó esta mañana, en el Parque Regional de El Valle y Carrascoy, el renovado Puesto de Mando Avanzado que permitirá mejorar el control de las actuaciones y la coordinación de los medios de extinción de incendios forestales, así como cualquier otra emergencia que pudiera producirse en la Comunidad.

Se trata de un dispositivo que se instala en el lugar de la emergencia y cuenta con la Unidad Móvil de Mando (UMM), formada por un vehículo todoterreno tipo camión de 3.500 kg que debe disponer de los medios técnicos y logísticos para la coordinación in situ, así como del personal necesario para su movilización despliegue y operativa.

"La mejora de los resultados ante una emergencia comienza por una apuesta firme por la renovación permanente de equipos técnicos y la dotación de medios al operativo humano", destacó el consejero Antonio Luengo durante la visita al dispositivo, "y por ello, mejoramos esta unidad que estará dotada de internet, comunicaciones terrestres (digital y analógica) y aéreas, sistema de captación y transmisión de imágenes sobre el terreno, Puesto ECHO (terminal 112), ordenadores como puestos de ofimática para la elaboración de informes, impresora y cámara de video".

"El objetivo era dotar a esta Unidad de los mejores medios y recursos existentes para ofrecer una mejor coordinación y respuesta, a la altura de los últimos avances tecnológicos", añadió Luengo. El Puesto de Mando cuenta con una potencia de 408 caballos y tracción integral, tiene unas dimensiones de 9,46 metros de longitud, 2,48 de anchura y 4 de altura, y está diseñado con un sistema que permite, una vez instalado en el lugar de operaciones, que se pueda desplegar hasta alcanzar una superficie útil de trabajo de 30 metros cuadrados con la posibilidad de compartimentarlos en dos salas diferentes, una de operaciones (de 16 metros cuadrados), donde los técnicos reciben las señales de telefonía y comunicaciones, y otra de coordinación (de 14 metros cuadrados), donde se tomarán las decisiones en caso de catástrofe.

Inversión histórica para hacer frente al fuego

El consejero Luengo aprovechó para destacar el reciente acuerdo del Consejo de Gobierno para la realización del gasto y la contratación del Servicio de Prevención Selvícola y Defensa del Patrimonio Natural de la Región de Murcia, al que se van a destinar 80 millones de euros entre lo que resta de este año y 2027.

"Vivimos momentos más complicados que nunca, con largos periodos de sequía y un avance de la desertificación que nos sitúa ante un permanente riesgo de sufrir grandes incendios forestales, y ante esa situación se necesita compromiso y determinación como el del Gobierno regional", remarcó, "por lo que la inversión anual para prevenir y atajar incendios forestales pasa de 9 a 16 millones de euros, que permitirán la defensa de las masas forestales de la Región de Murcia mediante trabajos selvícolas básicos y permanentes en los montes, así como la dotación de los medios necesarios para la detección y extinción de incendios forestales".

Además, se mejorará la eficacia y coordinación de los medios y materiales destinados a la detección y extinción de los incendios forestales mediante la prestación de un servicio integral que permita la optimización de los medios y recursos puestos a disposición del Plan Infomur durante las épocas de peligro medio y bajo. También se cuantificarán los medios, dotaciones y procedimientos del servicio de prevención selvícola y defensa del patrimonio natural prestados por la Dirección General de Medio Natural, así como las actuaciones preventivas y otras actuaciones complementarias de los retenes terrestres forestales.

A ello se sumarán campañas de concienciación, educación ambiental y sensibilización a la sociedad en general, y a determinados colectivos en particular, sobre los incendios forestales, las medidas preventivas para que no se produzcan y las medidas de seguridad a emplear en caso de habitar en zonas incendiadas.