A principios del pasado mes de marzo se cumplieron 6 meses de la liberación de la primera generación de tortuga boba (Caretta caretta) nacida en la Región de Murcia en los últimos, al menos, 100 años. El 6 de octubre de 2020, 21 de estos quelonios fueron devueltos al medio natural tras pasar cerca de un año de cría en cautividad, en un intento de aumentar las escasas probabilidades de supervivencia con que cuentan los neonatos de esta singular especie.
Estos emisores de satélite, alimentados por minúsculas placas solares, sirven para obtener la posición precisa de los individuos a lo largo de una fantástica travesía marina en busca, probablemente, de las cálidas aguas del Mediterraneo oriental. Tras su liberación, las tortugas radio-marcadas por ANSE dieron comienzo a un periplo increíble que les llevó, en primer lugar, a la costa noreste de Argelia, donde las tres hermanas tomaron rumbos distintos La primera en separarse fue Caretto, que se detuvo durante varios meses en los alrededores de Ibiza y Formentera. Luego se encaminó hacia Cerdeña, después a Sicilia, para cruzar finalmente hacia la cuenca mediterránea oriental. Fue allí, en aguas de Malta donde, tras varios meses de emisión, perdimos su señal.
Sus hermanas tomaron directamente el paralelo 39, y se encaminaron hacia Cerdeña y Sicilia. Sin embargo, en el trayecto entre ambas islas, el transmisor de Bobico también dejó de emitir. La pérdida de la señal de los transmisores no es algo fuera de lo común y no tiene porqué suponer una mala noticia para las tortugas. Las placas solares que permiten el funcionamiento de los emisores suelen cubrirse de vida marina con facilidad y tras cierto tiempo el nivel de energía del emisor suele decaer hasta perderse. Actualmente, y tras seis meses de funcionamiento, Argonauta sigue dando noticias de su posición y a día de hoy se haya en aguas griegas, cerca de la isla de Creta, a más de 2000 kilómetros en línea recta de su lugar de nacimiento.
ANSE agradece a las personas y entidades que han colaborado en la financiación de los emisores satélites, que han proporcionado datos relevantes sobre la capacidad de supervivencia de la primera generación de tortugas de la Región de Murcia. La asociación desarrolló una campaña de donación de fondos para sufragar los gastos de la investigación (enlace a la campaña), y contó con la ayuda de la Universidad Politécnica de Valencia y la Fundación Oceanographic para la colocación de los emisores, y de la autorización de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
Con una tendencia poblacional en declive a nivel global, la tortuga boba está catalogada como especie vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En España, así como en el resto del Mediterráneo, la especie ha sido capturada hasta finales del s.XX para su consumo humano. En la actualidad, sin embargo, la captura accidental en artes de pesca, tanto industriales como artesanales, y enredo en redes abandonadas y basuras marinas, representan probablemente la mayor amenazada que sufre la especie, sin menospreciar, sin embargo, otros factores como la contaminación del mar, la colisión con embarcaciones o la ingestión de plásticos e hidrocarburos.
En este contexto, el cambio climático también juega un papel fundamental para el futuro de la especie. Debido a su tamaño relativamente pequeño, a su situación geográfica y a su naturaleza semicerrada, el mar Mediterráneo responde rápidamente a fenómenos atmosféricos y/o a influencias antropogénicas. En un escenario de condiciones ambientales cambiantes, la tortuga boba está alterando su patrón natural de anidación, circunscrito hasta fechas recientes casi exclusivamente a las cálidas aguas del Mediterráneo oriental, donde destaca Grecia como la zona de nidificación más importante, seguida de Libia, Turquía, Túnez y Siria. De este modo, el litoral español no representa un lugar histórico de anidación para la especie y las hembras que llegan a nuestra costa a desovar tienen ante ellas un reto de considerables proporciones.
Para ANSE, la reproducción de la tortuga boba en nuestra costa proporciona una oportunidad única para conseguir impulsar la naturalización de una parte del litoral urbanizado. La Manga es un buen ejemplo, donde a pesar de la presión humana el pasado verano se produjo otra puesta de tortuga boba. Recuperar el Dominio Publico Marítimo Terrestre invadido, así como mejorar el est
Figura 1. Caretto, equipado con emisor satelital, momentos posteriores a su liberación en cala Arturo. Víctor Orenes
Figura 2. Argonatua y Caretto en el momento de su liberación (06-10-2020). Nerea Martínez
Figura 3. Trayectoria de las 3 tortugas bobas marcadas por ANSE. Víctor Orenes