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Las mejores piscinas cuentan con acondicionamiento acústico

Las piscinas son entornos acústicos complejos debido a sus, por norma general, grandes volúmenes y a sus revestimientos en suelo y paredes de materiales acústicamente "duros" como azulejos y cristales.

Además, el ruido generado por las actividades que en ellas se desarrollan, con personas nadando o jugando en el agua, monitores explicando y/o gente hablando en un tono de voz elevado, hace que se puedan alcanzar niveles altos de ruido. Esto no solo podría dificultar el desarrollo de actividades deportivas y lúdicas, sino que puede llegar a ser perjudicial para la salud, si el tiempo de exposición es largo.

Cabe recordar que estos entornos no son solo para diversión y juegos, sino que también son lugares de trabajo para monitores, socorristas y entrenadores. Para ellos, el acondicionamiento acústico es crucial, ya que de él dependerá el no tener que forzar la voz durante sus clases, así como poder determinar con celeridad suficiente (gracias a una buena inteligibilidad en el espacio) una llamada de auxilio o un posible incidente grave. Un buen diseño de estos espacios garantizará el confort de los usuarios finales, creando así entornos de ocio y trabajo seguros y agradables.

Acondicionamiento acústico y… ¿algo más?

Un área de piscina exige mucho a todos los productos utilizados en su diseño. Además de una buena acústica y un diseño atractivo, es muy importante que tanto los materiales como los accesorios utilizados sean compatibles con la clase de corrosión C4 (para áreas de piscina) y C3 (en áreas vestuarios y duchas), de acuerdo con la norma ISO 12944-2. De este modo, se podrá garantizar que todos los productos, superficies y accesorios de montaje sean resistentes al agua, al cloro, a altas concentraciones de humedad y anticorrosivos.

Un ejemplo claro, Piscina Awasan (Santiago de Compostela)

Los responsables de las piscinas AWASAN en Santiago de Compostela solicitaron a Isanor Acústica la mejora del acondicionamiento acústico con el fin de reducir la reverberación, el nivel de ruido y optimizar la comunicación de los usuarios dentro de sus espacios. Las instalaciones a tratar fueron los espacios que albergan dos piscinas de las instalaciones: una semiolímpica de dimensiones de vaso 8x25 metros y otra más pequeña de 6x12 metros.

Tras analizar los espacios y los requisitos ambientales de los ambientes tratados en términos de resistencia al agua, humedad, cloro y sal, se optó por la instalación de unos bafles Ecophon Hygiene Performance, fabricados de lana de vidrio de alta densidad (lo que le otorga una muy buena absorción acústica). Los bafles resisten la limpieza avanzada, como el lavado con agua y vapor a alta y baja presión, y su superficie es resistente a detergentes y desinfectantes comunes y el uso de vapor de peróxido de hidrógeno (PHV). Los paneles son de muy baja emisión, por tanto, garantizan una alta calidad del aire interior. Son resistentes, además, a la proliferación de hongos y bacterias.

El tiempo de reverberación medio de las piscinas antes de las obras de acondicionamiento acústico era del orden de los 4 segundos, un valor muy alto que interfiere con el desarrollo de las actividades para las que está pensado el espacio. Este problema se hacía más palpable cuando se impartían cursos, ya que la comunicación entre monitores y alumnos era prácticamente imposible. Tras unos cálculos previos, se decidió instalar un total de 150 bafles (108 en la piscina grande, y 42 en la pequeña).

Una vez ejecutada la obra de acondicionamiento acústico, el tiempo de reverberación se redujo considerablemente, pasando a ser de 1.55 en la piscina pequeña y 1.70 segundos en la piscina grande.

Fig.2 Fotos de las piscinas tras la instalación de los bafles Ecophon Hygiene Performance.

Fig.3 Resultados de las medidas del tiempo de reverberación de la piscina grande (izquierda) y de la piscina pequeña (derecha) antes de la intervención acústica (en color rojo) y con la instalación de bafles Ecophon Hygiene Performance (en color verde).

La anterior mejora favorece el desarrollo de las actividades que tienen lugar en la piscina, asegurando no solo el confort de los usuarios finales, sino también su seguridad. Otra opción a los bafles, serían soluciones de techos fonoabsorbentes de pared a pared (que permitiría la introducción de más metros cuadrados de absorción, con la consiguiente reducción del tiempo de reverberación y del nivel sonoro). Además, se puede instalar también material absorbente en las paredes, lo que ayudaría a mejorar aún más la inteligibilidad de la palabra.

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