La directora general de Diálogo Social y Bienestar Laboral, Manuela Marín, recordó hoy la importancia de integrar la prevención de riesgos laborales en el proyecto de obra, de cara a evitar posibles caídas en altura en el sector de la construcción. Muchos de los trabajos en altura que se llevan a cabo en la construcción y la rehabilitación de edificios pueden comportar el riesgo de caída al vacío, la mayoría de las veces con consecuencias graves o mortales.

Marín afirmó que "la actual legislación ya obliga a realizar un estudio de seguridad y salud que tenga en cuenta esos riesgos, pero además es necesario que todas las personas implicadas en la obra tengan información sobre los riesgos y sobre su necesaria prevención. Las caídas en altura son accidentes laborales muy peligrosos y por ese motivo es muy importante extremar las medidas de seguridad con un absoluto rigor".

Apremetal, la Asociación de Prevencionistas de Fremm, organizó recientemente una jornada específica para concienciar e informar sobre las medidas a adoptar para evitar este tipo de accidentes. Manuela Marín participó en este evento y subrayó que "no solo es fundamental la elaboración e implantación de un plan de prevención, sino que éste debe tener bien definidas las funciones de todos los trabajadores".

En este sentido, la responsable autonómica añadió que dicho plan "debe reflejar los procedimientos de seguridad de forma clara, concisa y fácilmente aplicable a la realidad del día a día de las obras, con los problemas y circunstancias que puedan surgir en ellas".

Durante la jornada organizada por Apremetal, técnicos especializados en dispositivos de anclaje mostraron cuáles son los sistemas de protección individual más adecuados para prevenir las caídas en altura en los trabajos. Además, también se detallaron las características que deben reunir estos sistemas de protección, así como sus condiciones de uso, de cara a su incorporación a los planes de seguridad y salud de las empresas.

Los riesgos por caída en las obras de construcción pueden deberse principalmente a una deficiente instalación y montaje de los diferentes equipos de trabajo; una mala colocación de las diferentes medidas de protección adoptadas, ya sean colectivas o individuales; falta de control o de inspección real de las instalaciones, o bien permisividad en los conceptos de prevención por parte de los responsables de seguridad laboral.

Las actividades que pueden desembocar en una caída de altura son, por ejemplo, los trabajos en andamios; la manipulación de escalas y escaleras; la elevación de pilares, postes, torres, columnas y antenas; el ingreso a pozos, zanjas, y aberturas; los trabajos en tejados, cubiertas y planos inclinados en altura; la poda de árboles; los trabajos con bordes desprotegidos, o el mantenimiento de depósitos, tanques, cisterna, silos y tolvas, entre otros.

Medidas de protección

Cuando existe un riesgo de caída de altura de más de dos metros, los lugares de trabajo deben disponer de barandillas o de cualquier otro sistema de protección colectiva que proporcione una seguridad equivalente. Las barandillas serán de materiales rígidos, tendrán una altura mínima de 90 centímetros y dispondrán de una protección que impida el paso o deslizamiento por debajo de ellas o la caída de objetos sobre personas.

En el caso de que estos riesgos no puedan impedirse por medios de protección colectiva, como barandillas, pasarelas o entablados, se opta además por la protección individual. Algunos ejemplos de los equipos a utilizar en esta última modalidad son los arneses, los conectores, los cinturones de seguridad o los elementos de amarre.