El Vivero de empresas de Archena ha obtenido el Premio Regional de Arquitectura 2019. El jurado valoró el uso de la energía verde, ya que el edificio almacena el agua pluvial para su posterior reutilización y opta por la energía geotérmica (o de la tierra) para climatizar el edificio. Se trata de un edificio monotorizado que autogestiona las necesidades climáticas, gracias a un programa informático que activa los pozos o el sistema de ventilación según sea necesario.
Cuenta con un sistema de pozos y tuberías enterradas que acumula aire, el cual se encuentra más frío que el del edificio en verano y más caliente en invierno. De esta manera se produce un intercambio de calor que se aprovecha como energía renovable, un sistema natural de bajo coste, ecológico, eficiente y sostenible.
El consejero de Fomento e Infraestructuras, José Ramón Díez de Revenga, junto con la alcaldesa del municipio, Patricia Fernández, conoció los detalles de la obra ganadora en la XX edición de los Premios de Arquitectura de la Región de Murcia de la mano de sus autores, Alberto Gil y María José Guillén.
Díez de Revenga destacó la formación especializada en medio ambiente e innovación de los arquitectos afincados en Archena, que explica el éxito del edificio "escultórico e inteligente" que ha obtenido el máximo galardón de los premios regionales.
"Solucionaron de manera brillante el reto de construir un edificio destinado a uso empresarial y que armoniza a la perfección con el entorno rural que lo rodea", indicó el consejero, quien subrayó que "los arquitectos han logrado crear un espacio dinámico para el desarrollo de las actividades propias del centro en un enclave natural único".
El responsable regional puso de manifiesto la importancia del uso de las nuevas tecnologías tanto en el planteamiento inicial del proyecto como en la dotación misma del edificio, con un miniwebserver. Así, utilizaron un software de análisis energético que ha tenido en cuenta su entorno, orientación y necesidades, dando lugar a la forma irregular del edificio, abierto al norte, cerrado al oeste y con un gran voladizo al sur, creando una zona de sombra e indicando el acceso principal.
La propuesta espacial es un espacio interior abierto, distribuido mediante una planta escalonada en la que se reparten las diferentes estancias adaptadas a cada uso y envuelto por una doble piel de policarbonato translúcido, que permite intuir lo que ocurre en su interior y que cambia su aspecto según la hora del día.
Alberto Gil y María José Guillén, fundadores de AMAA arquitectos, se licenciaron en la Universidad Alfonso X El Sabio de Madrid, y cursaron el Master en Proyectos Arquitectónicos Avanzados, especialidad Arquitectura, Medio Ambiente e Innovación. Entre sus proyectos destaca la rehabilitación del Colegio Público Rio Segura para convertirlo en Escuela municipal de Música de Archena, por la que obtuvieron el Premio de Rehabilitación en la XVI edición de los Premios de Arquitectura de la Región de Murcia.