El laboratorio regional de Salud Pública examina cada año alrededor de 8.000 muestras, de las que desarrolla más de 30.000 análisis de aguas, alimentos, residuos de medicamentos y agentes causantes de toxiinfecciones alimentarias, entre otras, para la prevención y control en materia de salud.
Hoy se celebra el Día Mundial de la Salud Ambiental con el que se pretende concienciar sobre la protección de la salud de la población frente a los riesgos ambientales, la prevención de las enfermedades, y potenciar la creación de ambientes propicios para aumentar la calidad de vida, además de promover la higiene alimentaria, los laboratorios de salud pública, la epidemiología o la toxicología ambiental.
El director general de Salud Pública y Adicciones, José Carlos Vicente, recordó hoy que la salud ambiental "comprende aspectos de la salud humana que son determinados por factores ambientales físicos, químicos, biológicos, sociales y psicosociales", y destacó la tarea que desempeña la Consejería de Salud a la hora de "evaluar, corregir, controlar y prevenir aquellos factores que pueden, potencialmente, afectar adversamente la salud".
Análisis químicos y de aguas
El laboratorio regional de Salud Pública realiza análisis químicos y microbiológicos con el fin de establecer el grado de adulteración, control de calidad y cuantificación de algunos componentes de los alimentos, aguas o compuestos que se examinan.
De igual modo, analiza los residuos de medicamentos y productos zoosanitarios en alimentos, de acuerdo con un plan europeo de investigación de residuos en los animales y sus productos. En concreto, investiga si estos contienen sustancias como hormonas, antibióticos, clembuterol, plaguicidas, tranquilizantes y corticosteroides.
Por otra parte, examina la presencia de contaminantes en aguas y alimentos, plaguicidas, hidrocarburos, colorantes y otros aditivos alimentarios no autorizados.
Otra línea de trabajo que realiza el laboratorio para la protección de la salud es la investigación de bacterias patógenas como legionella, listeria monocytogenes, E coli o salmonella. Además de localizar los agentes causantes de toxiinfecciones alimentarias, localiza el posible agente microbiano causante del brote alimentario, para lo que analiza las muestras de los alimentos y las muestras biológicas de manipuladores y afectados en este tipo de brotes.
Tabaco y medio ambiente
El director general de Salud Pública advirtió además sobre los graves efectos que tiene el tabaco en nuestra salud y sobre las consecuencias medioambientales que implica su consumo. "La mayoría de los filtros de las colillas están hechos de acetato de celulosa, un derivado del petróleo no biodegradable, que además contienen sustancias tóxicas como hidrocarburos, cadmio, nicotina, arsénico y otros metales pesados que pasan al agua y al terreno, e incluso a la cadena alimentaria", explicó.
Las colillas, que suponen entre el 30 y el 40 por ciento de los objetos recogidos en las zonas costeras y urbanas en las labores de limpieza, pueden llegar a viajar miles de kilómetros y contaminar diferentes ecosistemas, y tienen un efecto contaminante que puede durar hasta 25 años.
Por otra parte, el humo de tabaco tiene más de 7.000 sustancias tóxicas que constantemente son liberadas al aire que todos respiramos, incluyendo monóxido de carbono.
"La sostenibilidad medioambiental es en estos momentos parte de la salud de las personas y de la comunidad", enfatizó Vicente. Así, "a través del mantenimiento de las aguas, el aire o de nuestros bosques contribuimos a la salud de cada uno de nosotros" por lo que "todos hemos de contribuir con nuestras actitudes para favorecer la creación de ambientes propicios para la salud", concluyó.