El grupo escultórico del Arcángel San Miguel ya luce en la iglesia parroquial de San Miguel de Murcia tras dos años y medio de intervención en el Centro de Restauración de la Región de Murcia, uno de los trabajos de mayor duración dado el deficiente estado de conservación que presentaba en el momento de ser intervenido. La reparación de esta obra ha supuesto una inversión de 65.000 euros.
La consejera de Educación y Cultura, Esperanza Moreno, señaló durante el acto de entrega del grupo escultórico, en el que estuvo acompañada por el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, que se trata de "un trabajo que es un hito para el Centro de Restauración por la complejidad de la intervención y por la extensión del mismo, que supera la realizada en otra restauración ejemplar, la del Paso de la Cena de la Cofradía de Jesús de Murcia".
La obra, que data de 1709, es una escultura de madera policromada, dorada y estofada y el conjunto completo tiene unas dimensiones de 227 centímetros de alto, 134 de ancho y 131,5 centímetros de fondo. Los trabajos de restauración han consistido en primer lugar en dividir el conjunto en las tres piezas: la figura del arcángel, la del demonio y la peana donde descansan estas dos imágenes. Una vez fragmentado el grupo se procedió al estudio de cada uno de los elementos.
Tratamiento
Respecto a la peana, se ha realizado un profundo trabajo sobre la madera con un tratamiento para la grave afectación de insectos xilófagos y de los estratos polícromos. Así, se ha eliminado, secuencialmente, cada una de las aportaciones no originales, todas salvo el redorado con plata corlada que presentan las molduras y patas, así como la policromía de las carnaciones, repolicromadas desde muy antiguo. Una intervención donde también se han recuperado los fuegos que, en origen, decoraban la parte superior de la peana, colocados allí para simular el infierno sobre el que se encuentra la figura del demonio. También se recupera la posición original del demonio, alterada en una anterior restauración del grupo.
En lo que se refiere a la imagen del demonio, el trabajo principal se ha centrado en retirar las capas de repolicromía existentes (hasta 4), lo que permitió recuperar su color original que había pasado de rojizo a marrón oscuro. Esta fase, que se prolongó un año, dejó al descubierto los graves daños que sufrió la imagen en 1864 cuando se vino abajo la torre de la iglesia de San Miguel. Y también se pudo constatar la amputación de muchos de los dedos de las manos y pies, rehechos en una posterior restauración. También se encontró el agujero en donde encajaba unas de las dos alas que poseía la figura del demonio, actualmente desaparecidas.
La intervención fue similar en la figura del arcángel, una obra que se encontraba parcialmente cubierta con distintos repintes, capas de color que cubrían el extraordinario trabajo de estofa aplicado por Nicolás Salzillo, oculto por una desafortunada intervención.
La obra se ubica en lo alto del camarín del altar mayor de la iglesia de San Miguel y es una muestra de la calidad escultórica de Nicolás Salzillo, "un artista injustamente valorado y siempre a la sombra de su hijo Francisco Salzillo y de Nicolás de Bussy", señaló la consejera.
"Descrita elogiosamente por Javier Fuentes y Ponte (Murcia Mariana, p.85), esta obra o mejor dicho, este conjunto escultórico, representa seguramente el canto de cisne de Nicolás Salzillo y seguramente su obra más lograda. Una escultura que hoy vuelve al lugar que le corresponde", concluyó la consejera.