Existen factores de riesgo modificables como los relacionados con el riesgo cardiovascular, los hábitos de sueño, la nutrición y la actividad física, cognitiva y social, que contribuyen a reducir las probabilidades de padecer Alzheimer
La inauguración esta mañana de las carpas instaladas en la plaza Salvador Dalí (antigua plaza Felipe II) ha contado con la presencia de la Directora General de Humanización y Atención al Paciente de la Consejería de Sanidad, Dña. Aña Dávila-Ponce, y la Concejala presidenta del distrito de Moratalaz, Dña. Almudena Maíllo
Una de cada dos personas tiene relación directa o indirecta con la enfermedad de Alzheimer, pero la mayoría desconoce que existen hábitos de vida que pueden ayudar a prevenirla. Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, y con el objetivo de concienciar a la población de que nunca es tarde para empezar a actuar para prevenir la enfermedad, la Fundación Pasqual Maragall lanza en Madrid la campaña “Cuando te cuidas, el Alzheimer da un paso atrás”.
Tras su paso por Bilbao el pasado mes de julio esta iniciativa itinerante llega ahora a Madrid con un conjunto de actividades para la sensibilización de la población y el objetivo de desterrar la falsa creencia de que el Alzheimer es una enfermedad contra la que no se puede hacer nada. Aunque no existe ninguna fórmula que garantice que no se desarrollará Alzheimer en un futuro, gracias a la investigación, hoy se sabe que el cerebro de una persona afectada por esta enfermedad empieza a sufrir cambios patológicos hasta 20 años antes de que aparezcan los primeros síntomas, y que su origen es multifactorial. Se sabe, además, que existen factores de riesgo modificables sobre los que se puede actuar para reducir las probabilidades de padecer esta enfermedad o para retrasar su aparición hasta en 1 de cada 3 casos1.
“Desde su origen la Fundación Pasqual Maragall ha creído en la importancia de trasladar los resultados de la investigación a la población general. Hoy sabemos que la prevención primaria es importante, y que todos podemos actuar para reducir las probabilidades de padecer esta enfermedad. Consideramos que es un mensaje clave que se debe divulgar”, ha comentado Cristina Maragall, portavoz de la Fundación Pasqual Maragall.
En el marco de esta campaña y del Día Mundial del Alzheimer, son varias las actividades que la Fundación está llevando a cabo para trasladar este mensaje.
Este fin de semana, 21 y 22 de septiembre, unas carpas informativas instaladas en la Plaza Felipe II (actual plaza de Salvador Dalí) de Madrid, ofrecen a la ciudadanía información sobre todos los factores de riesgo modificables a través de actividades lúdicas para toda la familia. A la inauguración institucional, celebrada esta mañana, han asistido la Directora General de Humanización y Atención al Paciente de la Consejería de Sanidad, Dña. Aña Dávila-Ponce, y la Concejala presidenta del distrito de Moratalaz, Dña. Almudena Maíllo, que han estado acompañados de Cristina Maragall y Nina Gramunt, portavoz y neuropsicóloga de la Fundación, respectivamente. La instalación, inaugurada a las 11 de hoy, estará abierta hasta el domingo a las 14h. A través de pasatiempos, juegos, y otras actividades como bailar una coreografía, encestar una pelota o realizar un ejercicio de relajación, los expertos de la Fundación enseñan a los visitantes cómo pueden incorporar en su vida hábitos que ayuden a proteger su salud cerebral y disminuir su riesgo de padecer Alzheimer.
La campaña cuenta con el respaldo de diferentes caras conocidas, como el publicista Risto Mejide y los actores Macarena Gómez y Peter Vives, que se han sumado a esta iniciativa para colaborar en la amplificación del mensaje de prevención del Alzheimer.
Además, como parte de las actividades de la Campaña, el pasado miércoles 18 de septiembre se realizó un acto informativo en el Instituto Internacional Americano de Madrid en el que la Dra. Nina Gramunt ofreció también la conferencia ¿Se puede prevenir el Alzheimer?
¿Cuáles son los factores modificables para prevenir el Alzheimer?
La investigación científica apunta a que los factores de riesgo modificables asociados a la aparición de deterioro cognitivo y demencia son: un bajo nivel de actividad física, el tabaquismo, la alimentación poco saludable, el consumo nocivo de alcohol, el aislamiento social y la baja actividad cognitiva. Resulta clave, además, el control de los factores de riesgo cardiovascular y procurar una buena calidad del sueño. Es justamente en los factores de riesgo modificables en los que ponen especial énfasis las recomendaciones de las nuevas guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 2 para la reducción del riesgo de deterioro cognitivo y de demencia.
Asimismo, los pilares fundamentales de la promoción del envejecimiento activo y saludable giran en torno a la actividad cognitiva y social, la nutrición saludable y la actividad física, cuya puesta en marcha, y regularidad, impactan directamente en los factores de riesgo para el Alzheimer y el deterioro cognitivo, algunos de los cuales tienen una relación directa con la salud cardiovascular.
Los beneficios de cuidarse para prevenir el Alzheimer
Los factores de riesgo no modificables y, por tanto, sobre los que no podemos actuar son, fundamentalmente: el envejecimiento, que es el principal factor de riesgo para padecer Alzheimer, y la genética. Es conocido que algunos genes están relacionados con un mayor riesgo de padecer la enfermedad pero, en la mayoría de casos, no son determinantes.
Sin embargo, desde hoy mismo podemos adoptar hábitos de vida saludables para iniciar nuestra lucha para reducir el riesgo de Alzheimer, con los consiguientes beneficios que nos aportarán estos cambios en nuestro día a día. Se trata de aquellos que tienen que ver con la promoción del envejecimiento activo y saludable y los dirigidos a cuidar nuestra salud cardiovascular y nuestro descanso.
En lo referente a la nutrición, la Dieta Mediterránea parece tener un papel protector no solo frente a la enfermedad cardiovascular, sino también frente al deterioro cognitivo y la demencia. Así, uno de los factores compartidos por la enfermedad cardiovascular y la enfermedad de Alzheimer es el hecho de que el estrés oxidativo y la inflamación crónica propician su desarrollo. Podemos combatir el estrés oxidativo mediante el consumo de antioxidantes, que abundan en alimentos de origen vegetal presentes en esta dieta. Por otro lado, el pescado azul y las nueces nos aportan ácidos grasos omega-3, que presentan propiedades anti-inflamatorias.
El ejercicio físico tiene efectos beneficiosos sobre nuestro cerebro, ya que ayuda a disminuir el daño vascular cerebral. Además, hay estudios que muestran que el ejercicio físico podría protegernos del deterioro cognitivo, ya que promueve la formación de nuevas neuronas en el hipocampo, una estructura particularmente afectada por la enfermedad de Alzheimer desde el principio, y clave para la formación de nuevos recuerdos3.
¿Qué ocurre con la actividad cognitiva y la vida social?
Como explica la Dra. Nina Gramunt, neuropsicóloga de la Fundación Pasqual Maragall, “manteniendo la mente activa se contribuye a generar conexiones neuronales y se construye así la llamada reserva cognitiva, que puede ayudar a retrasar la aparición de los síntomas del Alzheimer ante los cambios cerebrales patológicos. Es fundamental aprender y hacer cosas nuevas, asumir nuevos retos, como aprender un idioma, leer, o adquirir una nueva habilidad, como tocar un instrumento. No hay que limitarse simplemente a repetir lo que ya sabemos hacer. Además, la socialización es una forma útil de mantener activa la mente, a partir de la interacción con otras personas, enriqueciendo nuestros conocimientos o aprendiendo de otras perspectivas pero, fundamentalmente, evitando el aislamiento y las, a menudo, consecuentes implicaciones que ello tiene en la salud mental.”
En cuanto a los factores de riesgo cardiovascular la investigación científica apunta claramente al impacto que tienen en el riesgo de desarrollar demencia, particularmente cuando aparecen y no se controlan adecuadamente en el rango de los 40 a los 65 años, aproximadamente. Es el caso de la obesidad, la diabetes, la hipertensión o la hipercolesterolemia, por lo que es muy importante su control, tanto mediante los hábitos de vida saludable como por seguimiento médico, recordando evitar el tabaquismo y limitando o evitando el consumo de alcohol.
Respecto al sueño, hay estudios que apuntan a que mientras dormimos se activan mecanismos necesarios para deshacernos de productos tóxicos del metabolismo cerebral (como la proteína beta-amiloide, cuya alteración es clave en la enfermedad de Alzheimer). Durante la vigilia la producción de beta-amiloide se incrementa, pero el sueño reparador es un gran aliado para eliminar sus restos tóxicos.
Más allá de esta campaña, la Fundación, tiene como misión principal promover la investigación del Alzheimer. A través de su propio centro de investigación, el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), quien ha participado en el desarrollo del contenido de esta campaña, la Fundación lucha por conseguir anticiparse a la enfermedad, centrando sus esfuerzos en la prevención de la misma.