Acaba La Mar de Músicas mañana sábado 27 de julio con una noche dedicada a una saga, la de los Morente. Un fin de fiesta protagonizado por los tres hijos de Enrique Morente: Kiki, Estrella y Soleá Morente. Una noche especial en el que se pone el punto final a la 25 edición de La Mar de Músicas que ha tenido a Portugal como país invitado y que además contará entre otros con el concierto de Mulatu Astatke, el padre del ethiojazz, en el patio del Antiguo CIM. Quedan localidades para ambos programas.
El menor de los Morente, Kiki, será el encargado de abrir la jornada de clausura de La Mar de Músicas, que este año está dedicada a una saga, la suya, los Morente. Una noche especial en la que actuarán además sus hermanas mayores Soleá y Estrella, también productora de su disco, Albayzín. Pertenecientes a la aristocracia del flamenco, los hijos de Enrique Morente y la bailaora Aurora Carbonell "La Pelota" han actuado ya en La Mar de Músicas en solitario o acompañando a su padre, en las ocasiones que éste cantó en Cartagena. Vienen ahora cada uno a presentarnos su proyecto en solitario. Kiki Morente lo hará con Albayzín, con el que ha empezado una carrera con mucho trabajo y humildad, dos de las enseñanzas que le dejó su padre, que se ganó la vida como zapatero o como aprendiz de platero antes de ser figura del cante. El disco que lo trae a Cartagena recupera palos y sonoridades que tanto gustaban a su padre, como son bulerías, fandangos, soleás, sevillanas, polos y tarantos. El maestro le dijo a su hijo "La casa se tiene que empezar por los cimientos, beber de los clásicos para aprender y encontrar tu propio camino". La impronta académica de Morente padre se aprecia en el álbum, al igual que se apreciaba en Mi cante y un poema (2001), el meteorito con que su hermana mayor, Estrella Morente, irrumpió en el panorama discográfico.
Tras Kiki, será el turno de Estrella Morente. La mayor de los Morente ha enarbolado desde los inicios de su carrera la libertad. Libertad personal y libertad artística, que ha llevado a la cantaora por territorios muy diferentes, alejados del flamenco: el tango, la música clásica, el jazz, la bossanova... estilos que ha coloreado siempre con su estilo y su voz. Ahora vuelve a viajar, y lo hace hacia el mundo de la copla. Así, "Copla", se titula precisamente su nuevo trabajo discográfico, el primero individual que publica en siete años. Un disco en el que empezó a trabajar mucho antes junto a su padre, el enorme Enrique Morente, y que ahora ella dedica a su abuela Rosario. Un álbum en el que afronta el reto de interpretar canciones tan icónicas como Yo soy esa, ¡Ay pena, penita! o Suspiros de España, del maestro Maestro Álvarez Alonso, que fue compuesta en nuestra ciudad, Cartagena. Estrella asegura haberse enamorado del género y de sus principales intérpretes, Lola Flores, Imperio Argentina, Concha Piquer o Juana Reina. En su reivindicación del género popular por excelencia en nuestro país estará acompañada por una banda de música, con los vientos y las percusiones como protagonistas, a la más pura tradición española. Y aunque en el disco, se aleja de esas raíces flamencas que tanto la definen, en su directo, la artista, la cantante de flamenco más importante de nuestro país, no dejará pasar por alto su apellido.
La noche acabará en el Castillo Árabe con Soleá Morente. Esta sería la tercera vez que viene al festival. La primera fue acompañando a su padre como corista y palmera de Omega y el año pasado presentó su disco Olelorelei. Su concierto en la clausura del festival va a estar dividido en dos partes: la primera parte se llama Tangos de Morente, un recorrido por los tangos y tientos de su padre. La segunda parte derivará en temas pertenecientes a su último disco, "Olelorelei", también influenciados por la obra morentiana.
Antes en el Patio Antiguo del CIM, a las 21:30 horas, el padre y creador del ethiojazz, Mulatu Astatke. Combina los ritmos más originales de la música tradicional etíope y africana con el jazz, atravesando el afrocubop, el funk y el soul. Este multiinstrumentista etíope mayor de 75 años la fama internacional le llegó tarde y sin esperarlo. Fue en 2005, entrado ya en los 60, y gracias a la inclusión de un puñado de sus temas en la banda sonora de la película de Jim Jarmusch "Flores rotas". El sonido que fascinó a Jarmusch, y después a medio mundo, es el ethiojazz, creado entre 1966 y 1974 por Mulatu como una amalgama de vibráfonos, pianos, contrabajos, flautas y percusión. Estructuras etíopes con instrumentos occidentales. Astatke nació en una familia acomodada de Jimma, al oeste de su país, en 1943, dos años después de que el emperador Haile Selassie, en el poder desde 1930 hasta 1974, volviera de su exilio. Es un periodo de euforia y desarrollo y sus padres tienen grandes planes para el joven Mulatu. Lo enviaron a Gales a estudiar el instituto porque quería ser ingeniero aeronáutico. Pero allí descubrió su vocación. Empezó a tocar el clarinete y uno de los profesores le dijo que debería dedicarse a la música. Empieza así el periplo del aspirante a músico que le lleva a Londres y después a Boston, donde es el primer africano que se matricula en la Berklee College of Music, y hoy uno de los músicos más relevantes de África y la persona que más ha hecho por situar Etiopía en el mapa mundial de la música.
La plaza del Ayuntamiento será cerrado por KyeKyeku & Ghanalogue Highlife. El maestro de la guitarra Kyekyeku, como lo califica la propia CNN África Voices, es un músico ghanés que profesa pasión tanto por la acústica como la eléctrica, con un intrincado groove percusivo y exuberantes trompetas, a caballo entre el folk y los ritmos urbanos. Kyekyeku forma parte de una generación de músicos ghaneses que combinan las tradiciones musicales de las raíces del Palmwine (un estilo del folclore ghanés), Highlife y Afrobeat. Está en La Mar de Músicas por ser uno de los grupos premiados en el programa de cooperación cultural de Casa África y SGAE.