El director general de Medio Ambiente y Mar Menor visita el vivero de la Fundación Sierra Minera y se reúne con representantes de esta asociación para estudiar vías de colaboración en revegetación

El Plan para la Recuperación Ambiental de los Suelos Afectados por la Minería en la Región (Prasam) destinará cerca de un millón de euros para poner en marcha actuaciones que contribuyan a impedir la erosión y el arrastre de partículas y otros elementos en los antiguos emplazamientos mineros. Esta medida contempla en primer lugar la identificación de los terrenos en los que se podrá actuar, además de acciones de cubrición y revegetación en el entorno de los núcleos de población.

Está previsto que esta iniciativa se inicie en 2019 y se extienda hasta 2021, en ella colaboran las direcciones generales de Medio Ambiente y Mar Menor; Medio Natural y Salud Pública, y se integra en el tercero de los objetivos del Prasam, que hace referencia a la recuperación ambiental y paisajística de estas zonas mineras y para cuya consecución se han diseñado otras siete medidas específicas.

Entre estas medidas figuran también realizar sendos estudios para la elaboración de unas directrices y unos modelos de actuación para poner en marcha proyectos de restauración, tanto ambiental como paisajística, en estas zonas, para ello se tendrá en cuenta factores como la actividad minera concreta desarrollada en cada zona, la ubicación o la evaluación de posibles riesgos.

El director general de Medio Ambiente y Mar Menor, Antonio Luengo, visitó hoy el Parque Ambiental Huerto Pío, un vivero perteneciente a la Fundación Sierra Minera, y se reunió con integrantes de esta plataforma para estudiar vías de colaboración en materia de revegetación y reforestación de la zona. En las próximas semanas tiene previsto conocer otros emplazamientos e instalaciones similares en la zona para seguir analizando las posibilidades de colaboración público-privada con entidades y asociaciones locales.

"Se trata de una iniciativa que tiene un elevado valor tanto paisajístico y medioambiental como de prevención, ya que los árboles y la vegetación autóctona contribuyen a estabilizar el terreno y neutralizar los metales pesados, así como las posibles partículas en suspensión que puedan ser transportadas por el aire", explicó Antonio Luengo.

En este sentido, un proyecto europeo coordinado por la Comunidad, a través de la Dirección General de Medio Ambiente, y cuyas conclusiones se conocieron recientemente, ha permitido identificar hasta 13 especies vegetales autóctonas capaces de absorber los excesos de metales de los suelos considerados contaminados.

Este estudio pionero, denominado Life Riverphy y cuya fase experimental se desarrolló en el cauce fluvial del río Guadalentín, se centró en la eliminación de cinc, cromo y cobre mediante especies vegetales como el esparto, taray, hinojo, manzanilla yesquera, olivarda, cardo mariano, albardín, baladre, sosa, mijera, cerrillo, salao y salao borde.

"En este vivero se producen algunas de estas especies de plantas autóctonas identificadas en este novedoso proyecto, como el albardín, además de otras que son representativas de la riqueza vegetal de la zona y aptas también para suelos degradados, como el cornical, la sabina mora o plantas aromáticas como el romero o el tomillo, por lo que es una oportunidad para que colaboremos a nivel local en la recuperación de la Sierra Minera", señaló el director de Medio Ambiente y Mar Menor.

Una de las últimas actuaciones de revegetación que se han llevado a cabo en la zona, en la balsa Jenny, ha permitido ya colaborar con la Fundación Sierra Minera mediante la adquisición de cerca de 600 plantas autóctonas y la participación de miembros de la asociación en la reforestación de este antiguo depósito.