El consumo moderado de carne roja está asociado a un menor riesgo cardiovascular tal y como se desprende del estudio Prospective Urbal Rural Epidemiological (PURE), cuyos resultados fueron presentados en el último Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología.
Según este trabajo, el consumo moderado de alimentos proteicos como la carne roja sin procesar son beneficiosos para la salud del corazón y la longevidad. De hecho, se comprobó que una dieta compuesta por una mayor ingesta de frutas, verduras, nueces, legumbres, pescado, productos lácteos y carnes está relacionada con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y mortalidad.
Hoy en día, las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo la primera causa de mortalidad en el mundo. En este sentido, la alimentación es uno de los principales factores de influencia, por lo que llevar a cabo medidas relacionadas con la dieta que contribuyan a prevenir el desarrollo de ECV se ha convertido en una prioridad.
Para poder realizar este estudio, se desarrolló una herramienta (un score) que permitía valorar la calidad de la dieta y posteriormente relacionar la puntuación en ese score con el mayor o menor riesgo cardiovascular. En este sentido, la dieta calificada como saludable llevaba asociado un consumo de 1,4 raciones de carne roja al día frente a las 0,3 raciones que contenía la dieta considerada como poco saludable.
El estudio PURE también ha puesto de manifiesto que una distribución de macronutrientes con una mayor presencia de proteínas (18 % vs 12 %) y grasas (29 % vs 18 %) en detrimento de los hidratos de carbono, se asoció también con un perfil energético más saludable.
Y es que la carne aporta múltiples beneficios nutricionales por lo que es perfecta para incluirla en una dieta variada y equilibrada. De hecho, la carne es fuente de proteínas de alto valor biológico, que contienen todos los aminoácidos esenciales. Es además fuente de vitaminas del grupo B (B1, B3, B6 y B12) y minerales como el hierro, potasio, fósforo y zinc.
Asimismo, cabe destacar que la mayoría de los productos cárnicos también son una gran fuente de hierro que ayuda a desarrollar y mantener la función cognitiva.