El sector agroalimentario es uno de los motores de la recuperación económica en España, y es necesario transformar los cambios que se producen en oportunidades

La portavoz de agricultura en el Congreso de los diputados, Ascensión Carreño, ha mantenido una reunión de trabajo con el director general de Cooperativas Agroalimentarias de España, Agustín Herrero, donde se han abordado los nuevos retos a los que nos enfrentamos.

Carreño ha señalado que las cooperativas agroalimentarias españolas desempeñan un papel fundamental en el reto de alimentar al mundo. Ahora además, asumiendo los retos en integración, innovación e internacionalización. "Son imprescindibles para la ordenación del territorio nacional y para la economía del medio rural. Son el soporte de las cualidades del sector agroalimentario español, de la calidad de sus productos y elaboraciones, reconocida y apreciada dentro y fuera de España".

La portavoz ha manifestado que "son los distintos países los que desean consumir los productos que las cooperativas españolas producen, por eso es necesario dar el paso a lo global, exportando más y con más valor. España ha conseguido en estos últimos años datos muy importantes que motivan a seguir en la línea emprendida".

Asimismo, ha destacado la importancia que tiene el cooperativismo agrario, que representa el 60% del valor de toda la producción agrícola y ganadera de España. También ha apuntado que "las cooperativas agrupan a más de un millón de socios y dan empleo a más de 100.000 personas.

El sector agroalimentario es el segundo en creación de riqueza en España, lo que le ha convertido en uno de los motores de la recuperación económica de nuestro país".

Además, la portavoz de agricultura ha señalado que "España se encuentra entre los tres primeros productores de vino a nivel mundial y el primer productor de aceite de oliva, exportando casi la tercera parte. Ocupa el cuarto lugar en la producción mundial de cítricos y el primero en la Unión Europea, con más de la mitad de la producción comunitaria. El papel tan importante en frutas y hortalizas, donde España se sitúa como tercer exportador mundial, así como su papel como cuarta potencia mundial productora de carne de porcino. Todo con la calidad refrendada por la UE mediante figuras como las Denominaciones de Origen, que están entre los elementos más valiosos de nuestra Marca España".

Carreño considera necesario adaptarse a los desafíos que se plantean en cada momento, y transformar los cambios en oportunidades.

Además, ha recordado lo que ha trabajado el Gobierno durante estos últimos años para que el sector agroalimentario crezca, prospere y mejore, sea más fuerte y vertebrado.

Actuaciones como la Ley de integración de las Cooperativas y otras Entidades Asociativas Agroalimentarias, norma que está permitiendo contribuir a la constitución de grupos de mayor dimensión económica, mejor organización, facilitando la adaptación del movimiento cooperativo español al mercado global.

Carreño ha manifestado que "si queremos lograr una mayor presencia internacional de las cooperativas agroalimentarias españolas hay que atender a los retos que plantea la globalización, relacionados con la capacidad de adaptación y el compromiso por la competitividad" y ha resaltado la necesidad de conseguir un Pacto Nacional por el Agua, que garantice soluciones definitivas.

Por otro lado, el director general de las Cooperativas Agroalimentarias de España, Agustín Herrero, ha hablado de los retos para los próximos años, los de la Política Agraria Común, la sostenibilidad agrícola y pesquera, los convenios de comercio internacional, la política de agua y los acuerdos mundiales en materia medioambiental.

Las cooperativas agrarias fijan sus demandas, además de en una PAC que continúe defendiéndoles, que sea menos burocrática, en cuestiones relacionadas con el apoyo a la incorporación de jóvenes y mujeres al territorio,

los costes de producción o el equilibrio de la cadena alimentaria. Los acuerdos internacionales entre Estados Unidos y la Unión Europea.

Abrir nuevos mercados a la exportación, potenciar el relevo generacional, impulsar un sector pesquero sostenible, fomentar la integración cooperativa o asegurar la sanidad vegetal y animal en el territorio frente a las amenazas de la globalización.

En materia medioambiental, un tema importante será la puesta en marcha de una Ley de Cambio Climático para la conseguir una economía baja en carbono, impulsar nuevos modelos de movilidad y la consiguiente reducción del uso de combustibles fósiles. El Acuerdo de París plantea la necesidad de un Plan de transición energética para el horizonte 2030-2050, que impulse las energías renovables y el autoconsumo.