Calasparra

Los arrozales de Calasparra son un ejemplo de cultivo sostenible en un entorno ecológico

La consejera de Agricultura resalta que "es el primer arroz del mundo que cuenta con el aval de garantía y calidad de la Denominación de Origen desde 1986"

Los arrozales del municipio de Calasparra son un ejemplo de cultivo sostenible en un entorno ecológico. El coto arrocero está formado por la cuenca de los ríos Mundo y Segura a su paso por los municipios de Calasparra, Moratalla y Hellín (Albacete). Esta vega arrocera presenta además una elevada importancia para la conservación de la diversidad biológica, por lo que está entre los espacios naturales protegidos de la Región de Murcia y forma parte de la Red Natura 2000.

La consejera, que visitó hoy la Denominación de Origen del arroz de Calasparra, destacó que los arrozales de Calasparra "son una actividad tradicional muy arraigada y es el primer arroz del mundo que cuenta con el aval de garantía y calidad de la Denominación de Origen desde 1986".

La superficie inscrita en el registro de parcelas es de unas 1.000 hectáreas, de las que, debido a la rotación con otros cultivos, se suelen sembrar anualmente entre 500 y 700, mientras las restantes son destinadas al cultivo de otros cereales como el trigo y el maíz. Esta técnica de cultivo permite la regeneración del subsuelo, al evitar el agotamiento de su riqueza natural. La producción media anual de arroz cáscara es de unos tres millones de kilos.

Martínez-Cachá señaló que "es uno de los alimentos de la Región único en el mundo, por factores como la climatología, el sistema de riego, la alternancia con otros tipos de cultivos y el mantenimiento de las semillas, tradiciones que solamente se utilizan en esta localidad".

El arroz de Calasparra es un cultivo de montaña, con una altitud que oscila entre 341 y 500 metros sobre el nivel del mar. La frialdad y pureza de sus aguas, el sistema de riego, con una constante renovación del agua por medio de terrazas, permite una variada fauna dentro de las plantaciones. La alternancia del cultivo del arroz con otro tipo de cultivos permite el mantenimiento de semillas tradicionales. Además, la maduración del grano tiene un ciclo que se alarga hasta un 30 por ciento más que en el resto de arroces.

Los arrozales aportan un importante valor paisajístico al entorno. A mediados del mes de agosto, los campos ofrecen un aspecto alfombrado verde intenso, tornándose dorados en septiembre. A finales de este mes o principios de octubre se procede a la recolección y el transporte del grano a los molinos inscritos en la Denominación de Origen, para su elaboración, envasado y puesta en el mercado.

Las diferentes variedades (Bomba y Balillax Sollana) y tipos de arroz se pueden comercializar con el marchamo biológico o ecológico, si su cultivo ha seguido la técnica adecuada a esta calificación.

Especies de interés

Junto a los arrozales hay árboles monumentales como el almez (Celtis Australis), en El Salmerón, y chopo (Populus nigra), en La Tercia. Asimismo, en el cauce del Segura y río Mundo se puede encontrar vegetación riparia en buen estado de conservación, con alamedas, choperas y fresnedas. En otros puntos, la existencia de enclaves particularmente húmedos en un contexto semiárido permiten la existencia de carrascales termófilos y de otras especies relictas, como el labiérnago de hoja ancha (Phyllirea media).

Además, los arrozales incluyen los corredores naturales del Segura y el río Mundo como los mejores refugios de la nutria (Lutra lutra) y aves acuáticas como el martinete (Nyctocorax nyctocorax) y avetorillo (Ixobrychus minutus), y otras especies como el galápago leproso (Mayremys leprosa), el cacho (Squalius pyrenaicus) y el odonato (Coenagrium mercurial).

A esto se suman numerosos elementos arqueológicos, culturales y etnográficos en el entorno de los arrozales, como el poblado musulmán de Villavieja; el Santuario de la Virgen de la Esperanza en Calasparra y los azudes y acequias, así como la primera noria del río Segura, en el Salmerón.

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La iniciativa, que se desarrollará durante tres anualidades, asciende a 500.000 euros y su objetivo es promover y preservar los paisajes y hábitats a través del mantenimiento del cultivo del arroz y sus rotaciones

Se hará un tratamiento fitosanitario, por medios aéreos y con insecticida biológico, en las sierras del Molino y de la Serrata del Puerto en la localidad del Noroeste; y en el Majal Blanco y el Parque regional de El Valle-Carrascoy en Murcia

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