Planes específicos dotados de presupuesto y consensuados con los agentes sociales, además de afrontar contundentemente la precariedad laboral, son la única forma de revertir la realidad: Las estadísticas del semestre muestran la desastrosa tendencia de los accidentes laborales que ya comenzó en 2013.
Ya decíamos a primeros de agosto que los índices de incidencia, que miden el número de accidentes por cada 100.000 trabajadores afiliados a la Seguridad Social, en los seis primeros meses del año (Datos del Instituto de Seguridad y Salud Laboral) anticipan que 2016 será otro año catastrófico para la Salud Laboral.
Desde el año 2012, mejor año de la serie histórica de datos de siniestralidad, no cesan de crecer los accidentes en el trabajo. Entendemos que no es casualidad que el 2013 supusiera un cambio de tendencia ya que fue el primer año que mostró los lamentables resultados de la reforma laboral, aprobada en 2012, en la calidad del trabajo. Desde entonces no ha cesado de crecer la precariedad, y por ende, la siniestralidad laboral.
El índice de accidentes con baja es de 1770, un 5,3% mayor que en 2015 y un 18,1% más que en 2012. Se da la anómala circunstancia que se declaran como graves un 17,5% más que en 2015 pero un 19% menos que en 2012. Nosotros sólo encontramos la explicación en que Murcia es diferente al resto de España o se manipula sobre el grado de gravedad de los accidentes declarando leves algunos graves.
Respecto a los índices por sectores, el de Construcción, 3045, ha crecido un 6,9%. Servicios (que representa un 64,6% de los trabajadores de la Región) tiene un índice sensiblemente inferior al resto de sectores de 1237, y ha crecido un 6,5%. Agricultura 2705 ha crecido un 4,7% e Industria 2680 ha crecido un 2,6%. Comparados con 2012 Servicios creció un 22,4%; Agricultura un 15,7%; Industria un 11% y Construcción un 8,3%.
El enorme número de víctimas mortales, 11 en jornada de trabajo cuando el semestre del año pasado eran 4, nos tiene que obligar a contemplar medidas de calado para recuperar de nuevo la senda de la reducción de siniestralidad.
De accidentes de trabajo "In Itinere" los datos muestran su inexorable aumento del 15% y es incalificable el número de fallecidos, 9 cuando en el mismo período anterior hubo 2. ¡No vale decir que son circunstancias de la carretera y que influye determinantemente la suerte! Las largas jornadas de trabajo, el estrés debido al miedo al despido, las preocupaciones por la escasa remuneración que no permite llegar a fin de mes, los desplazamientos de trabajadores no necesarios, el movimiento de trabajadores de las
empresas de trabajo temporal, etc. Estas son las verdaderas causas que producen muertes en las carreteras. El tráfico sólo influye tangencialmente en el desproporcionado aumento de la siniestralidad "in itinere".
Entendemos que este creciente desastre solo se puede afrontar desde el consenso con los sindicatos, aplicando recursos, presupuestos y personas, no sólo bonitas y buenas palabras de la administración y de los empresarios.
Sobre todo hay que afrontar la causa principal que no es otra que la creciente precariedad en el trabajo provocada por la reforma laboral.
No olvidemos que la responsabilidad de la Salud de los Trabajadores es de los empresarios y que las administraciones deben exigirles el cumplimiento de estrictas leyes para evitar que, tanto administración como empresarios, consideren un gasto lo que debe ser una sagrada y creciente inversión en Salud Laboral.