La Consejería de Cultura y Portavocía publica hoy en el Boletín Oficial de la Región de Murcia (BORM) la resolución por la que se inicia el procedimiento para la declaración como bien catalogado por su relevancia cultural de carácter inmaterial de la Escuela de Bolero de Fuente Álamo.
Esta institución nace a finales del siglo XIX y continúa su actividad hasta la actualidad. A partir de Pedro Leandro Hernández, maestro bolero de Fuente Álamo, se fueron extendiendo por la Región diferentes modalidades de esta escuela, dando lugar a un repertorio formado por malagueñas sencillas, sevillanas boleras de tres, cartageneras, malagueñas de la viña, jota bolera, bolero, malagueña doble, manchegas y toreras.
La directora general de Bienes Culturales, María Comas, indicó que "las pautas de la familia Leandro forman la base de una gran parte de los bailes característicos del folclore regional, por lo que consideramos que se debe dar una protección y reconocimiento adecuado a la Escuela de Bolero de Fuente Álamo, como manera de asegurar su conservación".
La documentación recabada en el expediente muestra que la escuela bolera tiene una presencia importante en la Región y que sus características formales se han mantenido y transmitido a través de generaciones gracias a la constancia y permanencia de una escuela familiar, la familia Leandro, de Fuente Álamo, a partir de la cual se han creado y difundido formas de baile que, aun participando de los rasgos característicos de la escuela bolera, han llegado a tomar carta de naturaleza singularizada en el contexto regional.
Origen
El investigador etnólogo Manuel Sánchez Martínez ha recogido en su blog http://memoriasdelatradicion.blogspot.com.es/, la historia de la familia Leandro y su continuidad hasta hoy.
Procedentes de una familia de maestros de baile establecida en Fuente Álamo, al menos desde mitad del siglo XIX, los Leandro han enseñado sus bailes de manera ambulante por numerosos puntos de la Región de Murcia durante varias generaciones. Los hermanos Mariano Leandro Legaz (1928-2012) y Anastasio Leandro Legaz (1940-2014), hijos de Anastasio Leandro Izquierdo, fueron los últimos maestros boleros que, de jóvenes y siguiendo a sus padres, pudieron vivir de la enseñanza del baile, hacia finales de la década de 1940 y comienzos de la siguiente, en uno de los momentos de reactivación del gusto por el baile bolero, tras la Guerra Civil española.
Por su parte Pedro Leandro Baños (1930) primo de los anteriores e hijo de Pedro Leandro Izquierdo, hermano de Anastasio padre, aprendió el oficio también desde niño, y reactivó la cuadrilla de Fuente Álamo y todo lo relacionado con el baile bolero en la localidad, donde formó escuela a comienzos de la década de 1980, que en la actualidad continúa su sobrino Pedro José Leandro Navarro, según consta en el expediente.