La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Violante Tomás, y el presidente de Ia Federación de asociaciones de familias de personas con discapacidad intelectual (Plena lnclusión Región de Murcia), Joaquín Barberá, firmaron recientemente un convenio por el que la Comunidad, a través del lnstituto Murciano de Acción Social, aportará 230.682 euros a promover la autonomía de personas con discapacidad intelectual en seis viviendas tuteladas rotatorias.
Las asociaciones miembros de Plena lnclusión que se beneficiarán de este servicio son Astrapace, Astus, Asido Cartagena, Assido Murcia y Ceom.
La consejera explicó que las viviendas tuteladas "es un servicio de una gran eficacia para promocionar la autonomía personal en lo más parecido a un hogar independiente, ya que los beneficiarios alcanzan un grado de independencia suficiente, con un seguimiento y apoyo por parte del equipo de profesionales de este servicio, que le permite lograr una integración social plena".
Este acuerdo hace posible que 180 personas con discapacidad intelectual aprendan a ser más autónomos y a vivir fuera del hogar familiar mediante estancias en viviendas gestionadas por las asociaciones de Plena Inclusión.
Los ocupantes van rotando, de manera que las 40 plazas repartidas en las viviendas servirán para 180 personas con discapacidad intelectual. Contarán con el apoyo de casi 20 profesionales, entre psicólogos, cuidadores y educadores, entre otros.
Las estancias son de diferente duración en viviendas unifamiliares, junto a otros compañeros de su asociación y con el acompañamiento de profesionales. Las viviendas están integradas en entornos normalizados y las tareas y responsabilidades a las que aprenden a enfrentarse son las mismas que cualquier otro adulto.
Violante Tomás explicó que "estas estancias permiten un acercamiento progresivo a la realidad de la vida autónoma para que, en el futuro, estas personas puedan decidir cómo quieren vivir y tengan las habilidades necesarias en caso de que opten por una vivienda tutelada".
De este modo, las personas que lo desean y están preparadas para compartir piso, pero que no son plenamente autónomas, pueden ver cumplida su meta contando con el apoyo externo necesario que le permita potenciar y perfilar sus habilidades personales, tan necesarias para una normalización real y efectiva en la vida social y laboral de cualquier individuo.
Esta ayuda a la promoción de la autonomía personal está dirigida por un equipo de profesionales que tiene como misión que la persona pueda llevar una vida totalmente normalizada, de modo que, con el seguimiento individualizado adecuado, pueda mantener y desarrollar las relaciones sociales propias de su entorno, tanto con su familia como con la comunidad en la que vive.