El pasado 11 de abril de 2016, La Opinión de Murcia publicó en su página nueve una noticia que, por su contenido, parecía más un publirreportaje que otra cosa. El título de la noticia era "Un Blablacar en los coches oficiales" y su contenido giraba en torno al alto grado de eficacia y eficiencia que había alcanzado el Parque Móvil Regional en la gestión de su flota de vehículos. En concreto, al parecer en palabras del Sr. Consejero de Hacienda y Administración Pública, "el sistema de gestión es un auténtico ejemplo, que se considera una referencia nacional", se han rebajado significativamente los gastos en seguros, reparaciones y adquisición de piezas para el mantenimiento, el ahorro en viajes también es importante, lo que supone "un gran esfuerzo de coordinación. Murcia es el único sitio donde se hace esto", A PESAR de que "dado que uno de los capítulos más importantes de la factura del Parque Móvil es la nómina de los conductores y del resto de empleados".
No nos cabe duda que el Consejero de Hacienda y Administración Pública está orgulloso de la gestión del Parque Móvil Regional y no duda en airearlo a los cuatro vientos. Pero hay otra realidades que no se publicitan en el artículo periodístico, relacionadas con las condiciones de trabajo de los empleados públicos del Parque Móvil, con su, a pesar de todo, compromiso con su profesión y con el trabajo bien hecho y con la imposibilidad de conciliación de la vida laboral y familiar de la plantilla de conductores. Realidades todas ellas que permiten que se puedan hacer loas del tipo del artículo en los medios de comunicación. Del artículo se deduce también que el "factor humano" es residual en los éxitos del Parque Móvil Regional, realidad totalmente falsa y que nos induce, a FSC-CCOO, a responder a las afirmaciones que se hacen en el escrito y que en general no coinciden con la realidad, por no decir que son falsas directamente.
Lo primero que podríamos hablar es del trabajo diario de un conductor del Parque Móvil Regional: se levanta de madrugada, cosa que ciertamente también hace la población laboral, para ir a trabajar. Pero normalmente, y aquí comienzan las diferencias, vuelve frecuentemente a su casa en la madrugada del día siguiente realizando una jornada laboral de, a veces hasta veinte horas seguidas. Es frecuente también que tres o cuatro horas después, se tenga que levantar para iniciar a las ocho de la mañana una nueva jornada laboral. Y esto ocurre día tras día, incluyendo fines de semana. Y lo hacen para que el político correspondiente esté puntualmente en su despacho, en una reunión, en una inauguración, en un pleno o en una comisión de la Asamblea Regional.
Es también falso que los altos cargos de la Administración Pública Regional compartan vehículo en sus desplazamientos a Madrid o a otros destinos. Los consejeros no han coincidido en un vehículo ni por equivocación. Esta circunstancia ha sido excepcional en cualquier legislatura. Cada consejero tiene asignado un conductor y un vehículo, más aún teniendo en cuenta, que las distintas Consejerías, casi siempre tienen distintos funciones, distintos destinos e itinerarios, y ni siquiera cuando tienen destinos comunes, como ir a la Asamblea Regional, Consejos de gobierno, etc, se comparte vehículo.
Cada Consejero se desplaza en su propio y asignado vehículo oficial, individualmente, teniendo en cuenta que cada uno procede de distinta sede oficial y normalmente tienen distintos y variados itinerarios.
La dirección del Parque Móvil no tiene capacidad resolutiva, ni información suficiente para poder coordinar las poco probables coincidencias de desplazamientos entre Altos Cargos de las distintas Consejerías. El "gran esfuerzo de coordinación" es una falacia. No existe, a no ser que por se entienda por "gran coordinación" la inexistencia de cuadrantes de jornadas de trabajo, la ignorancia de los conductores sobre dónde y con quién van a trabajar al día siguiente, la absoluta ausencia de cualquier atisbo de conciliación de la vida laboral y familiar de este personal. Aquí es donde realmente radica el éxito de la gestión: en la existencia de un colectivo profesional con el que se puede contar las 24 horas de los 365 días del año y que, a diferencia de otros profesionales también permanentes (por ejemplo los sanitarios de los hospitales públicos) no pueden planificar ni su vida familiar ni su vida personal. De esta realidad no ha hablado, por supuesto, el Consejero de Hacienda y Administración Pública.
No entramos a discutir el ahorro de gastos del Parque Móvil Regional. No obstante, el referente a la adquisición de piezas para el mantenimiento, el coste es absurdamente bajo. Solo el cambio anual de las ruedas de los 628 vehículos duplica la cantidad supuestamente gastada (30.547 euros), a no ser que la seguridad no sea uno de los principios fundamentales de la gestión.
Resulta también lamentable que el Sr. Consejero de Hacienda y Administración Pública mencione siquiera el importante gasto que supone la nómina del personal del Parque Móvil Regional. Los empleados públicos del citado centro del trabajo pertenecen en su mayoría al Grupo C2, con sueldos escasamente por encima de los mil euros. Los conductores no dejan de ser "mileuristas", y si quieren mejorar sus sueldos tienen que trabajar a destajo, realizando extenuantes horas extraordinarias. Esta situación laboral contrasta con los sueldos estratoféricos de los gestores que realizan ese supuesto esfuerzo de coordinación.
Por último, entendemos perfectamente el orgullo que muestra el Sr. Consejero por el uso de los ocho autocares adaptados para discapacitados, -que verdaderamente realizan una labor encomiable en pro de la inserción social de los mismos-. No obstante, debería informarse por peritos técnicos, para poder comprobar que son autobuses precarios para las necesidades de los discapacitados, de piso alto, y con anticuadas plataformas elevadoras. Por supuesto son vehículos adaptados; pero sería interesante que en sucesivas adquisiciones, los "responsables" de compras de vehículos de estas características, se asesoren con peritos-técnicos que puedan aconsejar la compra de autobuses de piso bajo y con mejores condiciones para sus usuarios.
Podemos entender que el Sr. Consejero de Hacienda y Administración Pública sea político y su labor sea más la de dirigir un departamento que la de entrar en los pequeños detalles de gestión. Pero debiera saber también que todo lo que reluce no es siempre oro. Como sindicato no podemos sino hacer públicas estas notas: no se puede menospreciar, como se ha hecho en este artículo, el trabajo de los profesionales a su cargo, no se pueden difundir informaciones que no responden a la realidad o que son directamente falsas. Curiosamente, lo único cierto de la noticia es lo que no se dice en ella.