Esta infraestructura, además del impacto ambiental y paisajístico, está provocando que cientos de familias huertanas se tengan que marchar de sus tierras y viviendas.
A pesar de ser la huerta de Murcia una de las mayores protagonistas del debate político de los últimos meses, este paisaje cultural sigue acosado por el trazado de carreteras que fragmentan aún más este rico territorio gravemente amenazado en la última década por el urbanismo desmedido y la construcción de numerosas infraestructuras. Sólo hay que darse un paseo por la huerta de Beniaján y otras pedanías vecinas para apreciar una nueva herida con miles de árboles arrancados y hectáreas de suelo fértil removido.
Se trata del tramo Este de la autovía del Reguerón, una infraestructura muy costosa (240 millones de euros para un tramo de 16´5 km ) que la asociación Huerta Viva cree innecesaria al servir principalmente para conectar la autovía de Zeneta San Javier con la de Cartagena, pero que a cambio ocasionará graves problemas al fragmentar la vega de Murcia en toda su longitud, dejando zonas prácticamente aisladas, dificultando la explotación agraria de la huerta y aumentando el riesgo de inundaciones al ser una zona afectada por la desembocadura de varias ramblas.
En el futuro la Autovía del Reguerón se prolongará hacia Catral (Alicante) por una autopista de peaje (AP-37) que estará infrautilizada al discurrir en paralelo a la A-7, que es gratuita. Las poblaciones afectadas por la AP-37 en esta provincia consideran esta infraestructura igualmente innecesaria y lesiva para los intereses de la Vega Baja por su incompatibilidad ambiental. Entre otros perjuicios citan, como elementos negativos, el incremento de riesgo por inundación, la afección de los sistemas tradicionales de riego y comunicaciones agrícolas, el efecto barrera para los municipios afectados, o el deterioro del valioso paisaje interior de la comarca.
Desde Huerta Viva opinan que este vial es una barrera más en la comunicación de las pedanías de la Costera Sur con el centro urbano, y un golpe brutal a la conservación de la huerta de Murcia como un paisaje cultural y agrario de interés.
A todo esto hay que sumar el daño que están sufriendo cientos de familias huertanas que se tienen que marchar forzosamente, encontrándose indefensas y perdidas ante un gigante que lo va engullendo todo a cambio de una paupérrima compensación, perdiendo sus viviendas, tierras, y, algunos, hasta el trabajo.
En Huerta Viva señalan que son muchos los sacrificios con el fin de construir un vial de escaso interés, cuya función se solapa con la Costera Sur, y para el que hay otras alternativas, pero lo más grave son los vecinos que se ven obligados a marcharse abrumados por un proceso que a juicio de la asociación carece de transparencia y coherencia, con citaciones a título individual por parte de Fomento y continuos cambios en el trazado y los elementos vinculados a la infraestructura.
Ante esta situación, Huerta Viva cree necesario dar voz a los vecinos y para ello se han organizado reuniones en distintas pedanías. En esta ocasión se convoca a la población de Murcia y pedanías el jueves 3 de marzo a las 19 horas en el Salón de Actos del Edificio Moneo sito en la Plaza del Cardenal Belluga.