Sin hacer ruido, como “los grandes”, ayer nos decía adiós, nuestro querido Sebastián Escudero, posiblemente “El Ultimo Pionero” del Flamenco en la Región de Murcia.
Personaje carismático donde los haya, extrovertido, amable, lleno de energía, exponente del mecenazgo del Flamenco en nuestra Región, maestro irrepetible, ayer, precisamente ayer el Día del Padre, Sebastián dejaba huérfanos a sus seis hijos y a miles de aficionados al Flamenco de toda España.
Tres fueron los grandes amores de Sebastián Escudero, el primero y más importante, su mujer, Pepita, fruto de este amor nacieron sus siete hijos, a todos ellos nuestro más sentido pésame.
El Segundo amor fue su sueño de emprendedor, de este amor nació una importante empresa, líder en el sector de Higiene en España, la que actualmente gestionan sus hijos.
El tercer amor, “El Flamenco”, de este amor nació La Peña Flamenca Melón de Oro y el Festival de Cante Flamenco de Lo Ferro, que este año cumple 36 años de existencia. Pocos mecenas ha tenido el Flamenco en Murcia como Sebastián Escudero, que ha entregado su vida a la difusión y promoción del Flamenco, así como de un sinfín de artistas que hacen su sueño realidad luchando y ganando el Melón de Oro, premio al cantaor más completo de cada edición del Festival Ferreño. Torre Pacheco, Roldán y Lo Ferro, le deben mucho a Sebastián Escudero, ha sido el motor imparable del tren cultural de nuestro municipio. El año pasado, con mucho acierto, la Corporación Pachequera distinguía al Festival de Lo Ferro con la Medalla de Oro de la Villa de Torre Pacheco, máxima distinción institucional.
Pero sin duda, la mayor satisfacción para Sebastián, fue ver crecer los frutos de sus tres amores, su familia, su empresa y el Festival de Lo Ferro.
Sebastián era de esas personas, con “Ángel” para la familia, con “duende” para el Flamenco, por eso somos legión los seguidores del Flamenco que lamentamos hoy su perdida. Vaya desde aquí nuestro más sincero homenaje.
Se nos fue, el Día del Padre, ironías del destino, se marchó con una sonrisa en los labios, tarareando una Saeta, una Saeta que decía:
“Y los ojos entreabriendo,
con mortal escalofrío
dijo el Redentor gimiendo
en tus Manos Padre Mío
Mi espíritu encomiendo”
Descanse en Paz.
Francisco Aparicio
Coordinador de Lo Ferro Flamenco.