El dato anual de IPC del mes de enero se situó en el -1,6 por ciento, tres décimas inferior al del mes de diciembre (-1,3 por ciento), lo que se corresponde con una caída de los precios del -1,9 por ciento en enero. Por otro lado la inflación subyacente, es decir, aquella que no tiene en cuenta los productos con precio más volátil, los alimentos no elaborados y la energía, se sitúa en el 0 por ciento, dos décimas más que el mes anterior.

El director general de Economía, Antonio Álvarez, indicó que "observamos dos tendencias claras que están en línea con lo ocurrido en meses anteriores". Por un lado, la reducción de precios en aquellos componentes de la cesta de la compra ligados al precio del petróleo (carburantes y transporte, entre otros), el transporte ha caído un 3 por ciento en enero y un 8,9 por ciento en el último año. Por otro lado, la estabilidad de precios en el resto de los componentes de la cesta de la compra, como refleja el dato de inflación subyacente.

Otro tercer factor que ha influido y que, según el director general, "es característico del mes de enero, es el efecto que tienen las rebajas en el índice, como muestra la caída del componente de vestido y calzado en un -16,9 por ciento". En este sentido, Álvarez subrayó que "la conclusión es que hay una clara estabilidad de precios, salvo en el componente energético que arrastra al índice general a situarse en negativo".

"Las rebajas y la reducción del precio del petróleo son los causantes coyunturales" de la caída del IPC en el mes de enero, si bien la tendencia general de los precios es de permanecer estables", apuntó el director general. La estabilidad de precios en un contexto de aumento del consumo, especialmente de bienes duraderos, "sigue siendo un dato muy positivo para la recuperación económica". Las medidas adoptadas por el BCE, que entran en vigor en marzo, "ayudarán a alejar aun más una tendencia a la baja del IPC, mejorando la financiación de la economía e impulsando el crecimiento", concluyó el director general de Economía.