La portavoz de IU-Verdes en el Ayuntamiento de Murcia, Esther Herguedas considera que el tema de la rehabilitación y futuro uso de la Cárcel Vieja lleva años dando titulares propagandísticos sin que se haya acometido ninguna actuación concreta.De esta manera la edil de la formación de izquierdas ha criticado la última noticia generada por el Alcalde Cámara en torno a este inmueble, en la que plantea la convocatoria de un concurso de ideas. Para Herguedas proponer un concurso para definir usos del edificio es un sinsentido, ya que la función que éste tenga debe estar definida previamente. En palabras de Herguedas, "el uso del edificio de la cárcel vieja, no debe establecerse en función de una buena idea, sino de las necesidades del municipio y del interés general. Una vez definido el uso, se podrá hacer un concurso de ideas para el proyecto, pero no antes".
Lo que desde luego no va a aceptar IU-Verdes, es la pérdida del carácter municipal y la gestión pública de lo que allí se ubique. "La Cárcel Vieja es de los ciudadanos de Murcia. Nuestro grupo se opondrá a cualquier propuesta de negocio privado a costa del patrimonio común", ha matizado la concejala.
Para la portavoz municipal de la coalición de izquierdas, la propuesta del concurso no deja de ser un mero brindis al sol, una ocurrencia del alcalde para obtener un titular en los medios, toda vez que no existen ni los medios materiales, ni humanos ni financieros para construir allí ninguna instalación ni ponerla en marcha.
Por último ha recomendado al alcalde Cámara que en lugar de perder el tiempo con maniobras de distracción, se preocupe más del actual estado de este edificio catalogado, cuya propiedad sigue sin estar definitivamente traspasada al consistorio por parte de Hacienda, algo que afecta de forma negativa a su mantenimiento, tal y como se pudo comprobar con el desplome de la cúpula del panóptico ocurrida hace algunos años. En este sentido, el pago a la administración central en doce mensualidades de los 99.792€ sólo es interpretado por Herguedas como una nueva maniobra para dilatar un proceso de varios años que parece que nunca va a culminar