Hoy, 8 de marzo, conmemoramos el Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Un día para la reflexión sobre la situación de las mujeres. Un día que todavía, un siglo después de su implantación, sigue siendo necesario conmemorar.

El largo camino hacia la igualdad entre hombres y mujeres está sembrado de dificultades, y más veces de las deseadas se ha empañado con sufrimientos y lágrimas.

Las sociedades occidentales hemos recorrido con éxito gran parte del camino, pero aún nos queda un importante trecho del mismo.

Por ello, la sociedad no puede desfallecer. Tenemos que seguir luchando por alcanzar la igualdad real y por acabar con la cara más amarga de la desigualdad: la violencia de género.

No son tiempos fáciles. La situación económica que atravesamos nos afecta a todos, pero especialmente a las mujeres. El desempleo es mucho más elevado en el colectivo de mujeres que en el de hombres, a lo que se añade que aún existe una brecha salarial, que coloca a las mujeres en una situación de especial vulnerabilidad.

Las mujeres constituyen una pieza de gran valor desde el punto de vista social, económico y familiar, y la sociedad debe respetar su capacidad de decisión y de elección sobre cómo afrontar su vida.

Tenemos que vencer los estereotipos de las mujeres relegadas de nuevo al ámbito doméstico y el cuidado de personas dependientes. Tenemos que mantener y crear, si es necesario, nuevos mecanismos que den a la mujer la libertad de elegir. No podemos permitir que la crisis económica las centrifugue del mercado laboral y la participación social, porque estaríamos dando un paso atrás en las políticas de igualdad que tanto trabajo nos ha costado, durante décadas, consolidar en España.

Ahora más que nunca, es necesario que hombres y mujeres cooperen con su esfuerzo para superar la situación económica actual. Es imprescindible que trabajen corresponsable y conjuntamente en la optimización de los recursos a su alcance, en el sostenimiento de la familia y en las tareas de conciliación de sus vidas personal y profesional.

En la Región de Murcia defendemos y creemos en la sociedad democrática, basada en los principios de igualdad, justicia y solidaridad. Por tanto, la merma de los recursos económicos no puede ser pretexto para reducir los derechos de las mujeres. Es crucial que sigamos luchando por ellos.

En el siglo XXI, no es justo que las mujeres se sientan discriminadas por el hecho de ser mujer. Tenemos que mantener nuestro compromiso de hacerlas visibles en todos los ámbitos de la vida. Hay que apoyar las políticas que representen y empoderen a las mujeres, porque sólo así conseguiremos la sociedad más justa y sostenible a la que aspiramos.

El progreso social se mide por nivel de bienestar y de reconocimiento de los derechos del individuo, ya sea hombre o mujer, y es la plena obtención de los derechos individuales en igualdad lo que nos hace más libres, más justos y más solidarios.

La igualdad entre mujeres y hombres, que para Concepción Arenal, Victoria Kent o Clara Campoamor era casi una utopía, hoy está al alcance de nuestra mano gracias al empeño que hemos puesto todos en la defensa de los derechos de la mujer.

Debemos seguir adelante con el mismo tesón y perseverancia. Debemos hacerlo por las precursoras de esta lucha, que nos abrieron los ojos, por las mujeres que, desgraciadamente, perdieron la vida por la violencia machista, por las mujeres y niñas a las que en muchas partes del mundo les niegan sus derechos fundamentales reconocidos en la Declaración de Derechos Humanos. Por nuestras hijas, a las que debemos una sociedad más justa, y también por nuestras madres, que lucharon para que no fuéramos víctimas como muchas de ellas lo fueron de una sociedad que las relegaba a un segundo plano.

Hagamos de este 8 de marzo un día de fiesta por lo logrado, y de reafirmación en la lucha por la igualdad real. ¡Feliz 8 de marzo!

María Ángeles Palacios Sánchez
Consejera de Sanidad y Política Social
Acto de entrega de los Premios 8 de Marzo 2012
Murcia, 8 de marzo de 2012