Las praderas de posidonia necesitan aguas de buena calidad, limpias, transparentes, bien oxigenadas y no contaminadas, por lo que su presencia es un indicador de la buena salud de las playas
La Consejería de Agricultura y Agua reactiva la Campaña de Sensibilización sobre la Posidonia Oceánica y en esta ocasión aumenta las actuaciones educativas en los lugares de acumulación de posidonia de la Manga del Mar Menor, el Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar y el Parque Regional de Calblanque.
La Dirección General de Patrimonio Natural y Biodiversidad desarrolla esta iniciativa a través del Área de Información, Educación Ambiental y Participación de la Unidad de Uso Público, entre el 13 de julio y el 27 de agosto, de 10:00 a 13:00 horas. En este horario, varios educadores ambientales del programa Red de Aulas de Naturaleza realizan actividades informativas y lúdico-educativas relacionadas con los valores ambientales de la posidonia oceánica en las playas de La Llana y Torre Derribada en San Pedro del Pinatar, en la playa de Calblanque y en las playas del hotel Entremares, Calnegre, Castillos de Mar, Eurovosa, Pedrucho y Los Ibicencos, en La Manga del Mar Menor.
Entre las actividades a pie de playa se encuentra el reparto de folletos y carteles informativos sobre esta especie marina, un 'Mural en la arena', dirigido al público infantil y donde los participantes hacen figuras en la arena con la ayuda de unos dibujos de animales marinos plastificados, 'Investigando en la playa', que consiste en unas preguntas que los niños deben responder con la ayuda de adultos, y 'Bolos Posidinios', similar al juego tradicional de bolos, con la peculiaridad de que los pelotas son bolas de posidonia o 'pelotas de mar'.
Efectos beneficiosos de la posidonia
Posidonia oceánica es el nombre científico de una planta marina que vive únicamente en el Mediterráneo. Forma grandes praderas en los fondos arenosos cercanos a la costa, que son consideradas auténticos bosques marinos. La caída de sus largas y finas hojas se produce a lo largo de todo el año, aunque se ve acentuada en otoño y en épocas de temporal, y son arrastradas por las corrientes hasta la orilla formando los típicos depósitos o 'arribazones', que proporcionan importantes beneficios ambientales.
Las praderas de posidonia necesitan para desarrollarse aguas de buena calidad, limpias, transparentes, bien oxigenadas y no contaminadas. Por tanto, su presencia es representativa de la calidad de las playas y aporta al medio marino grandes cantidades de materia orgánica aprovechable como alimento por infinidad de seres vivos, entre ellos muchos peces de importancia pesquera.
Además, las praderas son el lugar de puesta y refugio de abundantes peces, crustáceos y moluscos, que enriquecen la biodiversidad del medio marino y garantizan su mantenimiento, producen una elevada cantidad de oxígeno y a la vez fijan CO2, que contribuye a reducir los efectos nocivos del exceso de este gas sobre la atmósfera. También fijan importantes cantidades de sustancias en suspensión en el agua y generan un efecto de depuración y limpieza.
La disposición de las praderas de posidonia a modo de arrecifes o barreras paralelas a la costa reduce considerablemente la incidencia de la energía de las olas sobre las zonas de playa, por lo que evitan la pérdida de arena al disminuir los procesos erosivos.
Los arribazones depositados en la orilla sirven de alimento a infinidad de crustáceos y moluscos, que a su vez son comidos por especies de aves protegidas y escasas en el Mar Menor, como los vuelvepiedras. En ocasiones, los arribazones más alejados del agua y próximos al pie de las dunas son utilizados por el chorlitejo patinegro para colocar sus nidos, así como por otras especies, como la terrera marismeña, que los utiliza para camuflarlos.