Se aconseja evitar la poda de las palmeras durante la primavera y el verano
La Consejería de Agricultura y Agua advierte de que aún no existe una solución definitiva para eliminar la plaga del Picudo Rojo. Este insecto, cuya presencia en la Región se detectó en 2005, ha provocado ya el arranque de unas 6.000 palmeras afectadas.
El director general de Modernización y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón, afirmó que la plaga “se ha extendido rápidamente por toda el área Mediterránea” y que el Comité Fitosanitario Permanente de la Unión Europea “reconoce que las medidas arbitradas hasta ahora no han supuesto la erradicación o contención de la plaga, que afecta a amplias zonas de Italia, Francia, Grecia, Malta, Turquía y más recientemente Marruecos, entre otros países”.
La Consejería ha tratado más de 200.000 ejemplares de palmeras afectadas. Las primeras actuaciones se basaron en la aplicación de productos fitosanitarios en la corona de las palmeras, donde las hembras del Picudo realizaban sus puestas.
En 2008 se realizaron distintos ensayos en los municipios de Murcia, Mazarrón, San Javier, Los Alcázares y Cartagena, entre otros, basados en la técnica de endoterapia, que consiste en instalar una serie de inyectores en el perímetro de la palmera afectada que contienen una solución insecticida para combatir las larvas de este coleóptero.
Asimismo, la Consejería realizó ensayos de control biológico, en colaboración con el Ayuntamiento de Lorca, mediante el empleo de nemátodos entomopatógenos, que son aplicados alrededor de la yema principal de la palmera y, una vez introducidos en su tejido interno, colonizan las larvas, pupas y adultos existentes en la zona afectada.
Control integrado
García Lidón señaló que el empleo de soluciones aisladas para luchar contra el Picudo “ha demostrado una eficacia parcial, por lo que la Consejería, a través del Servicio de Sanidad Vegetal, ha desarrollado una estrategia de control integrado que abarca diversas técnicas, cuya aplicación dependerá del estado de afección de cada palmera”.
Dicha estrategia se basa en tratamientos químicos mediante pulverización con insecticidas autorizados en primavera y verano, complementados con aplicaciones de endoterapia. Se recomienda aplazar los tratamientos a base de nemátodos entomopatógenos a los meses de otoño e invierno, cuando las condiciones de humedad y las temperaturas bajas favorecen la supervivencia de estos organismos de control biológico. Para lograr la máxima eficacia, según el director general, “estos tratamientos deben ser realizados por empresas especializadas”.
También se aconseja evitar la poda de las palmeras durante la primavera y el verano para que las hembras del Picudo no se sientan atraídas a realizar sus puestas en el tejido recién podado.
García Lidón recuerda que “si una palmera está afectada en toda la yema principal, cualquier intento de recuperación del ejemplar es inútil, ya que estas plantas no pueden regenerar el tejido afectado”.
El coste de los tratamientos de palmeras afectadas por el Picudo Rojo en la Región superó los cinco millones de euros, financiados al 50 por ciento entre la Comunidad Autónoma y el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino.
En 2009 la Consejería informó puntualmente a los ayuntamientos de la Región de que la responsabilidad de eliminar los ejemplares afectados corresponde desde entonces a los titulares de las parcelas donde se ubican las palmeras, de acuerdo a lo que establece la normativa vigente. La Consejería presta asistencia técnica y asesoramiento a todos los interesados en la aplicación de las mencionadas estrategias de control integrado, que son, reitera el director general, “las que están dando mejor resultado para combatir la plaga”.