Hace ahora un año, todos los Presidentes Autonómicos (excepto los del País Vasco y Navarra, ya se sabe, régimen feudal, perdón, foral, obliga) hicieron una visita al Palacio de la Moncloa. De uno en uno, eso sí, el Presidente Zapatero les fue haciendo sus propuestas sobre la financiación autonómica. En aquellos días asistimos a un auténtico espectáculo, en el que todos los presidentes regionales salían contentos, aunque Esperanza Aguirre fue la que se llevó la palma exteriorizando su alegría. El Presidente les fue transmitiendo el mensaje que cada uno de ellos quería oír: negociación bilateral por la mañana y multilateral por la tarde; financiación según Renta y PIB hoy, y según población mañana. O sea, igual para un roto que para un descosido: Zapatero, como siempre, un genio.
El pasado día 21, un año después de ese poner y quitar banderas de la puerta de la Moncloa, la Consejera de Economía del Gobierno murciano firmó la aceptación del nuevo sistema para la Región. Dice la Consejera, Inmaculada García, que ha firmado sin saber qué firmaba, ni cuanto dinero aceptaba con su firma, pero que lo ha hecho por responsabilidad. Eso es cierto, no están los tiempos ni las arcas regionales para hacer un plante, aunque es algo incoherente aceptar algo, después de haberlo criticado con rotundidad. Lo que ocurre es que esas quejas sobre el sistema de financiación tienen poca credibilidad. Es el propio PP el que no tiene inconveniente en abonarse a sistemas de relación bilateral entre las comunidades autónomas y el Estado ( cláusula “Camps” del Estatuto Valenciano, por la que se arroga para la Comunidad Valenciana lo mismo que se obtenga en el desarrollo del Estatuto Catalán) o la elección de los criterios que más convengan para el incremento de la financiación autonómica ( aunque haya que coger uno distinto en cada Comunidad Autónoma), perdiendo de vista que , al final, el que sale más debilitado, al ceder cada vez más recursos financieros, es el propio Estado. Por descontado, el balón de oro es para el PSOE, creador del maremagnum, con Zapatero de autor intelectual y de maestro de ceremonias. Aunque en Murcia, tiene una buena aprendiz: Begoña García Retegui ha empezado a hacer fuegos artificiales, afirmando, se ve que por ser el 22 de Diciembre el día de sus declaraciones, que a Murcia le había tocado la lotería por adelantado con el nuevo sistema. Lo que no ha dicho es que el Gordo del sorteo ha ido a parar a Cataluña, que se lleva más del 34% de los nuevos fondos aportados.
Rosa Díez presentó en el Congreso una enmienda a la totalidad de UPyD a la ley que regula el nuevo sistema de financiación autonómica. En realidad, UPyD es el único partido que sigue actuando con un criterio de Estado, defendiendo los mismos principios para todas las Autonomías. UPyD defiende que esa política que ha inspirado el nuevo sistema de financiación autonómica es inviable para el Estado, y que, por tanto, hay que replantear por completo la política territorial, empezando por los regímenes forales. El Cupo Vasco y Aportación Navarra, son modelos que PSOE y PP consideran ”intocables” porque proceden de un “hecho histórico”, argumento éste de gran calado democrático si tenemos en cuenta que se trata de hechos acontecidos hace más de siglo y medio. Sólo UPyD se ha posicionado en el Parlamento Vasco a favor de la revisión del régimen foral.
Además, la enmienda a la totalidad criticaba aspectos como la falta de corresponsabilidad fiscal de las Comunidades Autónomas o que no existe ninguna exigencia de control del gasto ligada a los mayores recursos. Nada garantiza que el dinero recibido por una Comunidad se gaste en educación, sanidad, servicios sociales u otra partida concreta. Por tanto, no es cierto que se garanticen mínimos comunes en educación, sanidad o servicios sociales. Debería exigirse un cumplimiento de objetivos mínimos verificables en esos ámbitos. La seguridad en que las desigualdades entre los ciudadanos vayan disminuyendo, sólo la puede aportar el Estado. Las Comunidades Autónomas, incluidas las gobernadas por el PP, miran y cuidan por sus intereses, algo lógico, pero no por el conjunto de todos los ciudadanos de España. Por eso no debemos dirigirnos a sistemas de financiación autonómica que hagan que la capacidad redistributiva estatal disminuya cada vez más. Ese principio de actuación redistributivo del Estado, está cada vez más alejado de las premisas del PSOE y del PP. Hoy por hoy, sólo UPyD mantiene con firmeza esas posiciones, aunque, a veces, resulten difíciles de defender por la inercia del particularismo. Ése es el precio de la coherencia, a la que en UPyD no vamos a renunciar.