El director general de Modernización de Explotaciones y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón, expuso ayer ante los agricultores de Jumilla los resultados de las investigaciones sobre el control biológico y biotecnológico de la Psyla y otras plagas en los perales del Altiplano, incluidas en el Programa Agricultura Limpia.

La Consejería de Agricultura y Agua, a través del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario y del Servicio de Sanidad Vegetal, ha desarrollado con éxito diversas experiencias en una superficie de más de 800 hectáreas, integradas en la Denominación de Origen Pera de Jumilla. Experiencias tales como las sueltas del chinche depredador ‘Anthocoris nemoralis’, la implantación de métodos de confusión sexual contra Carpocapsa o el empleo de aceites para el control de las puestas invernantes de Psyla. El coste anual de estas actuaciones superó los 200.000 euros.

García Lidón destacó además que el Departamento de Protección de Cultivos del IMIDA ha demostrado que un mírido autóctono del género Pilophorus, presente en la zona, es capaz de controlar la Psyla de manera más eficaz que otros sistemas hasta ahora empleados, lo que supone, dijo, “un gran avance en el control biológico de esta plaga y permitirá que en un futuro inmediato la Pera de Jumilla sea un cultivo libre de residuos, que es el objetivo principal del programa ‘Agricultura Limpia’ de la Consejería”.

Apuesta por la calidad

El director general resaltó que en el actual contexto internacional “es muy difícil competir con las políticas de reducción de precios que ofrecen las producciones obtenidas en países terceros”. Por ello, añadió, “sólo nos queda apostar por una estrategia basada en la diferenciación de nuestras producciones por su calidad”.

En este sentido citó el ejemplo de la Denominación de Origen Pera de Jumilla, “que a la calidad del cultivo asociada a sus características geográficas, une el escaso número de residuos de plaguicidas encontrados en sus cosechas”.

García Lidón destacó asimismo “la implicación de los agricultores del Altiplano con estas nuevas técnicas de control no químico de las plagas que afectan a los frutales de pepita” y recordó que “una de las primeras actuaciones de control biológico en frutales desarrolladas en la Región de Murcia se realizó en el paraje de ‘Las Encebras’, en los años ochenta”.

Control químico de la Psyla

Los perales del Altiplano abarcan una superficie superior a las 1.300 hectáreas. Para combatir la Psyla, principal plaga de este cultivo, los agricultores han utilizado tradicionalmente medios químicos. No obstante, según García Lidón, “los insecticidas existentes en el mercado demostraron una escasa eficacia para combatir la plaga”. Este problema se vio agravado con la reducción y retirada continuada de productos químicos autorizados establecida por la Unión Europea.

El rigor de las políticas de seguridad alimentaria establecidas por las cadenas de distribución, añadió, “también obligaron a nuestros productores a reducir el número de aplicaciones fitosanitarias”.

A pesar de estas restricciones, destacó, “en el actual modelo de globalización de los mercados en el que estamos inmersos cada vez aparecen más problemas fitosanitarios debido a los deficientes controles ejercidos en frontera”. Prueba de ello, dijo, son “las alertas sanitarias producidas en los últimos meses por peras procedentes de Turquía, que contenían elevados niveles de Amitraz, un insecticida desterrado hace tiempo de los tratamientos fitosanitarios realizados en la Unión Europea”.