Los alpinistas murcianos Juan Carlos García Gallego (Club Montañero de Murcia) y José María López Rodríguez (A.D. Montañeros de Moratalla y CMM) intentarán la subida a la cima del Makalu, partiendo desde el campo base de la montaña a 5700 m. Una “ventana de buen tiempo” de cinco días, aunque con la incertidumbre sobre la fuerza del viento a partir de 7000 m., les pueden permitir coronar la cima de la montaña si todo bien y las fuerzas no flaquean.
Los murcianos han recibido el parte meteorológico de la Agencia Estatal de Meteorología “AEMET”, Delegación de Murcia, que confirma la bonanza meteorológica. Esta información coincide con otro parte dado al ejército indio, que también intentarán coronar el Makalu en el mismo periodo.
El plan consiste en subir el último día de mal tiempo directamente hasta el campo II a 6700 m. y anticiparse así en un día a la ventana de buen tiempo prevista. La subida al campo II todavía con restos de mal tiempo, les exigirá más esfuerzo, sobre todo si existen problemas de visibilidad, pues discurre por un terreno glaciar con bastantes grietas, pero tienen la ruta marcada con banderas y dispone del “track” (huella del recorrido) en su GPS para poder encontrar el campo en condiciones de niebla o tormenta. Es preferible luchar con el mal tiempo el primer día, cuando están enteros y la altura es más razonable, que correr el riesgo de que el mal tiempo les sorprenda sobre la cima o el descenso de la montaña.
Después de pernoctar el campo II, antes de amanecer, provistos de linternas frontales (sobre la cabeza), deben comenzar la ascensión hacia el Makalu-La, collado a 7400 m. La escalada de la complicada pared hacia el Makalu-la esperan realizarla en menos tiempo del empleado la primera vez, al estar aclimatados. En el Makalu-la tendrán que recuperar el depósito de materiales que dejaron y en lugar de instalar allí su campo III, van a intentar acarrear todo el material hacia los 7600 m., para instalar ese mismo día el campo IV. Si lo consiguen, habrán ganado un día muy valioso en la ascensión respecto al plan normal de asalto.
El tercer día, en plena noche, hacia las 24h., deberán lanzar su ataque hacia la cumbre, en el que, a causa de la ausencia de oxígeno, saben que van a necesitar entre 16 y 20 horas para hoyar los 8463 m. de la cumbre y volver a su último campamento. Si todo va bien, emplearán uno o dos días más en descender hasta el campo base.
“Sabemos que el Makalu tiene sus mayores dificultades en la parte final de la montaña, a partir de 7800 m. La montaña se endereza con tramos de escalada en roca y hielo bastante verticales terminando en una estrecha arista que sólo permite estar en la cumbre a dos personas. Al problema de la dificultad hay que añadir la altura, por encima de 8.000 se alcanza la frontera de la capacidad fisiológica humana, cualquier ejercicio físico es agotador. El frío es el otro factor limitante, ya que la escalada sucede por la cara norte, donde son frecuentes vientos en altura que multiplican la sensación térmica. Si estos vientos aparecen no será posible coronar la cumbre sin arriesgarse a sufrir congelaciones”.
“Nos encontramos muy bien aclimatados y en excelente forma física, motivados y con muchas ganas de hacer cumbre, pero somos conscientes que participamos en una carrera de fondo donde tendremos que forzar nuestra resistencia física y psíquica, pero tampoco podemos olvidar que necesitaremos reservar fuerzas y tiempo suficiente para bajar de la cima con seguridad”.