Reig Pla: “De Roma traemos las palabras de aliento del Papa, un deseo de
mayor fidelidad a Jesucristo y un empeño renovado en la misión
evangelizadora”
Por Cristina Abbad
Conversión, vocación y misión. En estos tres pilares se apoyaba nuestro
Obispo de la Diócesis en la carta que escribió con motivo de la apertura del
Año Paulino el pasado junio de 2008. Meses después, D. Juan Antonio Reig Pla
continúa animando a los fieles de su Diócesis a alzarse en estado de misión,
siguiendo el ejemplo del Apóstol de los gentiles. Celebraciones
penitenciales para sacerdotes, consagrados y laicos; conferencias sobre los
escritos de San Pablo; catequesis para jóvenes sobre diversos temas
paulinos… todo un abanico en nuestra pastoral diocesana para que el mensaje
del gran Apóstol llegue a todos los corazones. La última iniciativa ha sido
una peregrinación a Roma en compañía de varios sacerdotes, seminaristas y
fieles laicos de toda la Diócesis. Además de visitar los principales lugares
paulinos, en este viaje han podido asistir a una audiencia pública con el
Papa Benedicto XVI. Nuestro Pastor Reig Pla nos trae el mensaje de este
encuentro con el Santo Padre y nos cuenta los detalles de esta peregrinación
que ha supuesto para tantas personas toda una renovación espiritual.
- ¿Cuál fue el motivo de esta peregrinación a Roma?
- Habría que enmarcarla dentro del itinerario de este Año Paulino en
la Diócesis. Los propósitos de esta peregrinación se pueden concretar en
tres. En primer lugar, conocer con mayor profundidad los textos del Apóstol
San Pablo para proponer a los fieles, una vez más, vivir de la Palabra de
Dios. Por otro lado, inspirar, con la espiritualidad del Apóstol de las
gentes, todas las iniciativas de la Diócesis con un nuevo ardor misionero a
ejemplo de San Pablo. Este segundo objetivo, en definitiva, propone poner a
la Diócesis en pie para la nueva evangelización.
- Y todavía nos queda un tercer propósito, ¿no?
- Así es. Otro objetivo era visitar, con una porción del pueblo de
Dios, las tumbas de los Apóstoles San Pedro y San Pablo. De este modo,
presididos por el Pastor de la Diócesis, acudir a los pies del Sucesor de
Pedro para ser confirmados en la fe y alentados en la misión. Al mismo
tiempo se propone a todos los fieles poner los medios para, mediante la
confesión de los pecados y las preces por la persona y el ministerio del
Santo Padre, suplicar de la Providencia la gracia de la Indulgencia
Plenaria.
- ¿Cómo ha respondido la Diócesis a esta iniciativa?
- Deberíamos distinguir en primer lugar la respuesta de los
sacerdotes y miembros de la vida consagrada. En la mayor parte de los
Arciprestazgos (equipos sacerdotales), como formación permanente, se han
estudiado las catequesis del Papa Benedicto XVI sobre San Pablo. Del mismo
modo, se han propuesto distintos libros que profundizan la doctrina y
enseñanza del Apóstol. Cabe destacar la importancia de la fiesta de la
Conversión de San Pablo, en la que hubo una Celebración Penitencial para
sacerdotes muy concurrida y presidida por el Obispo. Asimismo, hubo
celebraciones penitenciales para los miembros de la vida consagrada y fieles
laicos.
- ¿Qué se ha promovido para los fieles laicos?
- Para las parroquias, fieles laicos y movimientos en general,
además de los materiales publicados por la Diócesis, se ha promovido hacer
presente las enseñanzas del Apóstol en la predicación. También en la
organización de grupos de estudios de Cartas Paulinas en los retiros
espirituales y en la formación permanente estrictamente laical. Como hitos
de este itinerario pastoral, hay que mencionar la iniciación del Año Paulino
en Cartagena, la celebración de la fiesta del Apóstol San Pablo en Murcia y
la conclusión de este Año, que tendrá lugar en Abarán. De la misma forma, en
el ámbito educativo se han propuesto materiales para la catequesis y la
enseñanza religiosa. A su vez, la Misión Joven, que continúa en este curso y
que tendrá inicio en la Cuaresma, estará inspirada en la figura de San Pablo
como evangelizador.
- ¿Cuál es el objetivo de la peregrinación?
- El objetivo de la peregrinación ha sido dar un signo de lo que es
la misma Iglesia particular que camina en Cartagena: peregrinar unidos al
Pastor de la Diócesis y al Santo Padre, ofreciendo un signo de comunión y
creando un espacio para estrechar los lazos entre los distintos miembros del
pueblo santo de Dios. Cabe destacar la presencia en la peregrinación de
numerosos sacerdotes y de todos los seminaristas y formadores del Seminario
“San Fulgencio” y del Seminario “Redemptoris Mater”.
- ¿Qué lugares han visitado?
- Todos los lugares que en Roma guardan memoria de la figura de San
Pablo: la cárcel donde estuvo como prisionero; la casa donde vivió siendo
vigilado y donde pudo asistir a los primeros cristianos de Roma y desde
donde escribiría las llamadas “Cartas de la Cautividad”. Finalmente, pudimos
visitar el lugar donde la tradición dice que fue decapitado y donde se
custodia el Sepulcro del Apóstol (San Pablo Extramuros). A la emoción que
produjo estas visitas, hay que añadir la presencia en los lugares que nos
recuerdan a la figura el Apóstol Pedro y, de manera particular, el Sepulcro
del que fue el Primer Papa.
- ¿Cómo se hace presente la figura de San Pablo en un lugar como
Roma?
- La verdad es que la figura de San Pablo recordada en los sitios
donde estuvo presente, nos hace comprender con mayor profundidad sus
enseñanzas. Al leer los textos de sus cartas y proclamarlos en los lugares
en donde él estuvo, aparece una nueva luz que los hace más inteligibles y
que ayudan al fortalecimiento de la fe. Al mismo tiempo, la Palabra de Dios
resuena con mayor fuerza al verse cumplida y ejemplarizada en aquel que
decía: “Para mí la vida es Cristo; sé bien de Quién me he fiado; vivo de la
fe en el Hijo de Dios; que me amó y se entregó por mí; no me avergüenzo del
Evangelio, que es poder de Dios para los que creen en Él y, finalmente,
¿quién nos separará del amor de Dios?”
- ¿Qué nos puede decir de la audiencia pública con el Santo Padre?
- Comenzamos la peregrinación con la audiencia pública en la Plaza
de San Pedro. Allí se visibilizó como un “sacramento” la comunión de nuestra
Diócesis con el Santo Padre. En una mañana fría y con fuerte viento, el
Espíritu Santo caldeó los corazones de todos los peregrinos cuando el Santo
Padre se dirigía a los que habíamos peregrinado a Roma y se fundía con un
abrazo cariñosísimo al Pastor de la Diócesis.
- Usted pudo saludar personalmente al Papa Benedicto XVI, ¿algún
mensaje especial para nuestra Diócesis?
- Durante el saludo particular al Papa Benedicto XVI le pude
expresar el deseo, tanto del Obispo, como de todos los fieles, de vivir en
comunión con el Sucesor de Pedro. Al mismo tiempo, le pude manifestar las
preocupaciones que experimentamos en este momento para llevar adelante la
evangelización y la gran esperanza que tenemos depositada en Jesucristo y en
el futuro de nuestros seminarios. Pude recibir palabras cariñosísimas del
Santo Padre, aliento para continuar en el ejercicio del ministerio episcopal
y expresiones afectuosas, muestra de su gran paternidad.
- Cómo Obispo nuestro, ¿qué frutos espera de este viaje?
- Después de esta peregrinación vengo más convencido de la gran
fuerza inspiradora de San Pablo para llevar adelante la misión de anunciar
el Evangelio. Unidos al Sucesor de Pedro, nuestra Diócesis debe tomar mayor
conciencia de que España es tierra de misión. Con un ardor nuevo, exhorto a
todos los fieles a seguir las huellas del Apóstol de las gentes. Como él,
hemos de sentir el celo por el Evangelio. Como él, cada uno debe decir: “¡Ay
de mí si no anuncio el Evangelio!” La crisis de la humanidad que estamos
viviendo sólo tiene una respuesta: volver el corazón a Dios. Vivir siguiendo
a Jesucristo, alimentándonos de su Palabra. Participando de su vida por
medio de los sacramentos y viviendo unidos estrechamente a Él por la oración
personal y comunitaria. Fruto de todo ello, podrá venir un cambio del
corazón que nos lleve a compartir nuestros bienes, ser solidarios con los
más pobres y afrontar el futuro con esperanza.
- Todos aquellos que no hemos podido acompañarle en esta
peregrinación, ¿de qué tenemos que contagiarnos?
- De Roma traemos las palabras de aliento del Papa, un deseo de
mayor fidelidad a Jesucristo y un empeño renovado en la misión
evangelizadora. La experiencia de comunión que hemos vivido en estos días
puede ser un programa concreto para toda la comunidad diocesana.
- Comenzamos esta semana la Cuaresma. Siguiendo precisamente el
espíritu de conversión de San Pablo, ¿qué nos diría de cara al próximo
Miércoles de Ceniza?
- El rito de la ceniza manifiesta como signo la necesidad de la
conversión y la toma de conciencia de la fragilidad humana abocada a la
muerte. A la vez, es el inicio de un itinerario que, a ejemplo del pueblo de
Israel, nos ha de conducir a la celebración de la Pascua, el triunfo sobre
la muerte y la participación de la victoria de Jesucristo.
- ¿Alguna recomendación en especial para estos días?
- Como indicaciones concretas, considero importante conocer el
mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la Cuaresma de 2009. En este
mensaje, el Papa insiste sobre la necesidad del auténtico ayuno, que nos ha
de llevar a sentir hambre del verdadero alimento: cumplir la voluntad de
Dios. Invito a todos los fieles a tomar en serio este tiempo de Gracia,
acrecentando la oración personal y la escucha de la Palabra de Dios.
Disponiéndonos para la conversión del corazón y la confesión de los pecados
y ejercitándose en la práctica de la caridad con la ayuda a los más
necesitados. Más allá de todo lo que nos puede preocupar, en medio de todas
las incertidumbres, destaca la grandeza de la Resurrección de Jesucristo,
que nos ha abierto definitivamente las puertas del Cielo.
- Estos días se está hablando en los medios de comunicación sobre el
tema de la titularidad de la Universidad Católica de San Antonio, ¿tiene
algo que decir al respecto?
Prefiero no decir nada sobre la Universidad Católica San Antonio de Murcia.
Como todo Pastor, mi postura siempre será que se esclarezca la verdad y que
se haga justicia en todas las cuestiones que conciernen a la Diócesis.
Lamentaría profundamente que el continuo sucederse de ciertas noticias
pudiese distraer de lo que es verdaderamente esencial para la Iglesia
Católica: anunciar a Jesucristo y hacer presente el misterio de la Iglesia,
como verdadera respuesta de Dios a las aspiraciones del corazón humano. Toda
iniciativa que se haya propuesto acercar a las personas al mensaje de
salvación de Nuestro Señor, ha de contribuir a llevar adelante la misión de
la Iglesia y, en ningún caso, ser un obstáculo para la evangelización.
A la Santísima Virgen María, Nuestra Madre, le suplico que nos ayude a
todos: sacerdotes, religiosos y fieles laicos, a vivir descansando
exclusivamente en la voluntad de Dios. No podemos olvidar que, como dice el
Apóstol Pablo: “todas las cosas concurren para el bien de aquellos a los que
Dios ama”.