La Consejería de Agricultura y Agua, a través del Instituto Murciano de Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), está desarrollando un proyecto para investigar cultivos energéticos como alternativa al abandono de tierras, con el que se pretende “buscar, evaluar y seleccionar especies nativas de nuestros secanos para su domesticación como biocombustible”, según explicó hoy el titular de este Departamento, Antonio Cerdá.
El responsable de Agricultura destacó la “necesidad de buscar cultivos alternativos para sostener el desarrollo y patrimonio rural”, y en este sentido resaltó la labor investigadora del IMIDA al “promover la investigación y la innovación a través de la optimización de los recursos agrícolas” y ofrecer “un valor añadido a todos los sectores de la agricultura regional”, afirmó.
“El reto de la energía, es junto con el de la alimentación, uno de los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad en este siglo”, indicó el consejero, para quien “la agroenergética representa una alternativa para las tierras retiradas de la producción y permite incluso aprovechar zonas de secano en la producción de energía”. Además, señaló, “garantiza la actividad agraria, incrementa la productividad del suelo y produce biomasa vegetal con fines energéticos de forma sostenible”, apostilló.
La transformación de biomasa vegetal en energía ya está investigándose a nivel mundial para aumentar la eficiencia de los procesos físico-químicos de descomposición del material vegetal celulósico (combustión, pirólisis, gasificación, fermentación, etc.). Para ello, se investiga especies vegetales que sean eficientes convirtiendo energía solar, agua y nutrientes en material lignocelulósico, la materia prima para producir biocombustibles de segunda generación.
Especies vegetales adaptadas
Entre los objetivos de este estudio se pretende también producir a bajo costo gran cantidad de biomasa vegetal rica en celulosa para su transformación en biocombustibles de segunda generación.
En concreto, entre los materiales potenciales en el uso de cultivos energéticos se encuentra material lignocelulósico para usos térmicos; ricos en azúcares y almidón para producir bioetanol; y oleaginosos para producir aceite transformable en biodiesel. Además, entre las familias y grupos vegetales con géneros y especies de mayor interés, destacan las Gramíneas, Crucíferas, Compuestas, Chenopodiaceas con fotosíntesis tipo C4, y plantas crasas con metabolismo CAM.
Asimismo, la materia orgánica urbana procesada junto con lodos de depuradoras (compost), cuya producción va en aumento, podría utilizarse en la producción de cultivos energéticos.
Adicionalmente, el proyecto evaluará ‘especies control’ ya conocidas y potencialmente interesantes, como la caña común (Arundo donax), cardo silvestre (Cynara cardunculus), chumbera (Opuntia ficus-indica), gandul (Nicotiana glauca), atriplex (Atriplex halimus), Brassica carinata, así como otras especies como Jatropha o Paulownia, cuya introducción en la Región ya ha sido ensayada.