Un estudio que acaba de ser publicado en la revista Cell Death Discovery, del grupo Nature, descubre el papel clave que juega la ausencia de la proteína Peds1 en el sistema inmunitario. Este hallazgo, realizado conjuntamente por los grupos de investigación de Inmunidad, Inflamación y Cáncer y de Genética Molecular de la Universidad de Murcia (UMU), abre la puerta a nuevas investigaciones sobre patologías humanas que involucran respuestas inflamatorias descontroladas, como enfermedades autoinmunes, algunos tipos de cáncer o el alzhéimer.
En concreto han estudiado cómo la ausencia de esta proteína, poco estudiada hasta el momento, puede afectar al sistema inmunitario, a la muerte celular programada y a un descontrol en la inflamación del organismo. "Comprender mejor los mecanismos moleculares que subyacen a la inflamación nos permitirá diseñar terapias más eficaces para mitigar el daño causado por estas respuestas desreguladas en el cuerpo humano", resalta la catedrática de Genética Montserrat Elías.
Ausencias en cadena
En un trabajo previo, el grupo de Genética Molecular descubrió que Peds1 actúa como la enzima responsable de producir plasmalógenos, un tipo de lípidos abundantes en el cerebro, el corazón y en las células del sistema inmunitario de los mamíferos y otros animales. Todavía no se conoce demasiado sobre las funciones que realizan estos lípidos, que se han asociado a un importante papel antioxidante y de diferenciación celular.
Sin esta proteína Peds1 y, por tanto, sin la capacidad para producir plasmalógenos, el equipo de la Universidad de Murcia ha comprobado que se produce una muerte programada de las células que actúan en el sistema inmunitario, lo que deriva en una respuesta exacerbada de los procesos de inflamación. Esta puede estar provocada por una herida o por enfermedades asociadas a inflamación crónica, como pueden ser determinadas enfermedades raras, artritis, algunos tipos de cáncer o el lupus. Sin embargo, los plasmalógenos reducen la inflamación y mejoran la resistencia a una infección.
"Este prometedor hallazgo sugiere el uso de plasmalógenos para fortalecer la respuesta inmunitaria en humanos", explica Victoriano Mulero.
El pez cebra como modelo
La investigación se ha realizado con el pez cebra, un animal muy valorado en estudios biomédicos por su similitud genética con el ser humano. Comparte un 70% de los genes, una cifra que se amplía hasta el 85% cuando se trata de genes asociados a enfermedades. Además de su parecido, su transparencia también entra en juego para ser el modelo favorito de este grupo de investigación, ya que les permite ver en tiempo real la evolución de sus órganos y tejidos. Se suma a todas sus ventajas, su rápido desarrollo embrionario, en solo cinco días. Todas estas características que lo hacen único son las que favorecen que muchos de los hallazgos realizados en este animal puedan trasladarse a estudios en humanos.
"El pequeño pez cebra nos ha ayudado una vez más a abrir la puerta a nuevos descubrimientos, lo que pone en valor la relevancia de la investigación básica en las aplicaciones de la ciencia y a mejorar significativamente la calidad de la vida de los pacientes", resalta Ana Belén Arroyo, primera autora del estudio.