Dicen que lo bueno se hace de esperar y es que, a pesar de que Ricky Martin se hizo de rogar unos minutos antes de salir al escenario, debido a esa típica demora de último momento, la espera mereció la pena. La Plaza de Toros de Murcia vibró como nunca con la energía y el carisma inconfundibles del cantante.
Solo fue necesario escuchar los primeros segundos de la primera canción para darse cuenta de que Ricky Martin sigue siendo una de las figuras más queridas y vigentes de la música latina. El público coreaba todas las canciones del artista de forma incondicional, creando un ambiente nostálgico pero también alegre.
Con una mezcla perfecta de sus grandes éxitos y nuevas canciones, el artista puertorriqueño apareció en el escenario con una energía arrolladora, acompañado de un espectacular juego de luces y visuales que hicieron del concierto una experiencia multisensorial, junto a los instrumentistas y bailarines que elevaron el nivel del espectáculo.
A lo largo de la noche, Ricky recorrió su vasta discografía, interpretando temas que han marcado varias generaciones. Canciones como “María”, “La Mordidita” y “She Bangs” pusieron a todos a bailar y cantar, mientras que baladas como “Vuelve” y “Te extraño, te olvido, te amo” hicieron que los asistentes se emocionaran, demostrando la versatilidad y musicalidad del artista.
Uno de los momentos más memorables fue cuando Ricky Martin lanzó una toalla mojada a los fans del “front stage”. Mantuvo la prenda en su brazo durante toda una canción mientras iba secando su sudor, quizá para hacer subir la temperatura y mantener la tensión, hasta que decidió lanzarla a las manos que se elevaban entre el público.
Sin embargo, el cantante también estuvo muy emocionado durante las canciones de desamor, en las que elevaba sus brazos hacia el cielo y miraba las caras del público, reflejo de las experiencias tristes que todo el mundo vive alguna vez con el amor de alguien que nunca pudo llegar a ser.
La puesta en escena contó con un cuerpo de baile que ejecutó coreografías precisas y llenas de energía, acompañando cada canción con una sincronización perfecta. El vestuario del artista y sus bailarines, diseñado especialmente para esta gira, añadió un toque de glamour y sofisticación que complementó el espectáculo con un claro predominio del negro y el blanco. Es imposible no mencionar el mensaje de su camiseta, que decía “drink your milk”, “bebe tu leche”, a libre interpretación de cada cuál.
Además de sus éxitos en español, Ricky no dejó de lado sus incursiones en inglés, interpretando temas que lo catapultaron al estrellato internacional. A sus 52 años, Ricky Martin demostró que sigue siendo un artista completo, capaz de reinventarse y mantener viva la pasión por la música.Su concierto en Murcia no solo fue un repaso por su carrera, sino una celebración de la vida y del poder de la música para unir a las personas.
Los murcianos se despidieron con la promesa de volver a encontrarse con Ricky Martin y es que, el público tan entregado de esta noche, siempre estaría dispuesto a bailar al ritmo de “un, dos, tres, un pasito pa´ lante, Murcia”, con el artista puertoriqueño.