Murcia

Belén de Salzillo en Murcia, una joya permanente durante todo el año

Nos adentramos a conocer el Belén de Salzillo, una obra permanente expuesta en su museo que está catalogada como una de las más reconocidas de la historia del arte español

Visitar el Museo Salzillo de Murcia es casi parada obligada para los amantes del arte. En este espacio se concentra gran parte de las producciones de este prolífero escultor que llevó, a través de su gubia, el nombre de Murcia por bandera. Su proyección artística se extiende también al mundo belenístico. Es por ello que el Belén de Salzillo es considerado como una de las obras más reconocidas de la historia del arte español.

En la Sala del Belén de Salzillo se levanta este portentoso conjunto conformado por más de 500 piezas, que dan un toque singular a la visita, y más en estas fechas. Niños y mayores podrán disfrutar, no solo en Navidad, de la grandeza del arte belenístico. Se dice incluso que Salzillo fue un adelantado a su tiempo, y que incluso antes que Goya logró situar el alma del pueblo en un primer plano, plasmando a la perfección los valores y rasgos pintorescos y populares.

Salzillo rompió los esquemas de los belenes napolitanos, tan de moda en el siglo XVIII. Como se puede ver en éste del Museo Salzillo, es un corte más mundano, son las caras del pueblo, representando los misterios sagrados desde una perspectiva humana y cercana.

Su base histórica

El Belén de Salzillo fue realizado por Francisco Salzillo entre 1776 y 1783 para el noble murciano Jesualdo Riquelme y Fontes, pero fue concluido a su muerte por su discípulo Roque López y su taller en torno al año 1800. Nada que ver con los belenes napolitanos que se pusieron de moda en la España de Carlos III, y que también pueden contemplarse en el Museo Salzillo.

En 1798, a la muerte de Jesualdo, ya se encontraba elaborada la guardia herodiana y el palacio de Herodes, realizándose desde 1800 el grupo de 'La Degollación de los Inocentes'. Artistas como José López y Pedro Collado pudieron intervenir en el conjunto. Pese a estar elaborado por diferentes autores, el Belén guarda una plena uniformidad de estilo y coherencia interna que conserva la personalidad artística de Salzillo.

Murcia, un referente belenístico

La tradición murciana de montar belenes se remonta al siglo XVII, en comunidades religiosas como las Capuchinas, Agustinas, Carmelitas o Clarisas, que encargaban obras relacionadas con la poética infancia de Jesús. En su Belén, Salzillo quiso recrear ese sentimiento religioso fusionado con el campesinado español en una narrativa articulada por medio de figuras exquisitas en policromía.

Murcia sigue siendo en la actualidad un referente en la producción mundial de belenes, siguiendo la estela de Salzillo. El escultor quiso elaborar esta magistral producción en el tramo final de su carrera, recreando colores, gestos y movimientos corporales no vistos hasta entonces.

La técnica empleada

Todas las figuras que conforman el Belén de Salzillo cuentan con un tamaño aproximado de 30 centímetros y están modeladas en arcilla, aunque también las hay de madera, con lienzos y telas encoladas. Policromadas de una forma cuidadosa y detallada, se aprecia su aplicación sobre la arcilla, con un modelado ligero y preciosista dentro de la estela rococó.

El color cobra especial protagonismo en la obra, pues Salzillo fue capaz de jugar con pinceles de diferentes grosores y texturas para otorgarle a los tejidos de los pastores un carácter singular. Además, el rayado del estofado ofrece una suntuosidad impecable a mantos y túnicas. Las tonalidades rojas, azules y verdes, además del inconfundible oro, imperan en el conjunto.

Descripción del conjunto

El Belén de Salzillo muestra una galería pintoresca de personajes contemporáneos al imaginero, en el que conviven pastores y gañanes junto a la refinada nobleza local. De ahí que se vean actitudes graciosas en los pajes, con coloridas libreas y elegantes sombreros, junto a las pieles o los harapos del lazarillo. A éstos se les suman los ángeles y los personajes sagrados, con sus túnicas doradas y estofadas.

Los rostros están cuidados hasta el más mínimo detalle, así como los animales que figuran en el conjunto (aves migratorias que anidaban en el Mar Menor). El carácter costumbrista y gremial de la época fue perfectamente reflejado en el Belén de Salzillo. Ese carácter costumbrista puede deberse a que, según añade Ceán Bermúdez, Salzillo dio cobijo a mendigos en su casa a cambio de que posaran para él.

Hay una gran variedad de trajes, desde los locales (de lisos jubones o bordados) hasta las armaduras de los soldados romanos. Para recrear las escenas de 'La Anunciación' o de 'La Huída a Egipto' se inspiró en los Evangelios de San Lucas y San Mateo.

El poder de la arquitectura

Llama la atención que la casa de María es la típica vivienda murciana del siglo XVIII, mientras que la de Santa Isabel una casa de huerta. Para el Nacimiento se basó en un pórtico en ruinas y para el templo de Salomón se ideó un templete de planta centralizada inspirada en San Pietro in Montorio de Roma. El Palacio de Herodes recrea a la perfección la arquitectura palaciega del momento.

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