Pedro Acosta (Mazarrón, 2004), se prepara para la que debería ser su temporada de consagración en la categoría intermedia de MotoGP. Creció cerca de la playa de Bolnuevo, un lugar de aguas tranquilas y pendientes escarpadas, y ha regresado a él para iniciar una pretemporada invernal en condiciones de aislamiento casi completo.
Durante la pasada campaña, Acosta sufrió las consecuencias que aguardan a todo joven talento propenso a dejarse llevar por las emociones. Finalmente, y a base de golpes —en su caso, literalmente—, aprendió a abordar su oficio desde una perspectiva profesional, serena y estratégica. En la temporada 2022, sufrió 10 accidentes en solo 6 carreras, incluyendo dos caídas en Catar, dos en Indonesia, dos en Argentina y dos en Estados Unidos, una en Jerez y otra en Francia. «Llevábamos seis carreras y el presupuesto del equipo entero me lo había gastado yo nada más», comenta ahora Acosta. Durante unos entrenamientos de motocross previos al Gran Premio de Assen (Países Bajos), se rompió el fémur de la pierna izquierda. Fue operado el 23 de junio, y todavía hubo de esperar más de un mes y medio para volver a subirse a una moto. Sus resultados mejoraron ostensiblemente a su vuelta, pero las aspiraciones al título de Moto2 se habían desvanecido para el gran favorito de los pilotos y las casas de apuestas.
Para superar este desafío, Acosta decidió tomarse un diciembre lejos de su disciplina profesional y dedicarse a hacer motocross, fast track y dirt track. «Lo que me apeteciera en cada momento», señala. Toda su vida gira en torno a una sola cosa, el circuito. Es su reino y en él es el ser supremo, tan perfectamente adaptado que ni siquiera es consciente de ello, y nunca lo será hasta que se retire. En enero regresó a las pistas de asfalto en el Circuito de Velocidad de Cartagena, donde se le ha visto junto a su compañero y rival de Moto2 Fermín Aldeguer, también murciano y natural de La Ñora. Su cuerpo ha cambiado en los últimos seis meses. Gracias a las intensas sesiones de CrossFit y gimnasio que comenzó a practicar durante la segunda mitad de 2022, ahora es más compacto y ha ganado tono muscular. Además, ha seguido trabajando duro en el acondicionamiento del fémur junto a un equipo de fisioterapeutas para recuperar la fuerza y flexibilidad de su pierna izquierda. Su preparación comienza a crecer, en una progresión que se intensificará paulatinamente hasta el inicio de la temporada el 24 de marzo en el Circuito de Portimao, en Algarve (Portugal).
Pedro Acosta tiene una conciencia muy clara de su propia valía, y sabe que sería una lástima desperdiciarla. Durante su primera temporada en el Mundial maravilló a todo el mundo con su estilo de pilotaje espectacular en la frenada y el paso por curva. Contaba con sólo dieciséis años. En el transcurso de la última temporada ha aprendido a suavizar el impacto de sus propios errores y a atemperar el carácter. Ha crecido física y mentalmente. En una entrevista reciente, Manuel Pecino le interrogaba acerca de sus objetivos para 2023. «El título de Moto2, ¿verdad?», insistía el periodista. «Es importante sentirse preparado, más que ganar», respondió Acosta, tajante.