El alcalde de Murcia, José Ballesta, junto a la concejal de Movilidad Sostenible y Juventud, Rebeca Pérez, el concejal de Desarrollo Sostenible y Huerta, Antonio Navarro; y el concejal de Cultura y Recuperación del Patrimonio, Jesús Pacheco, asistieron hoy al inicio del derribo de los muros de la Cárcel Vieja.
En total, se van a tirar cinco muros: uno, el lateral, que da al Hospital de La Vega, y otros cuatro muretes interiores que dan a los patios de la Cárcel Vieja. Esto permitirá abrir el edificio y ganar espacio peatonal, ya que se construirán nuevas aceras.
Precisamente esas nuevas aceras estarán compuestas con el propio material de los muros, a modo de recordatorio histórico, ya que las piedras casi centenarias se recuperarán e instalarán en el suelo.
José Ballesta señaló que “el pasado 1 de junio comenzaron las obras de la Fase I de la Cárcel Vieja, un proyecto estratégico de ciudad que se concibe como un gran espacio público de referencia en el corazón de Murcia, con un entorno peatonal abierto a todos los murcianos, sin barreras y con actividad permanente”.
Con un plazo de ejecución de 12 meses y un presupuesto de 1,9 millones de euros, la recuperación del edificio de la antigua Prisión Provincial de Murcia, “se convertirá en un espacio luminoso, abierto y participativo, respetuoso con el pasado y proyectándose hacia el futuro para devolver a los murcianos lo que es suyo”, destacó el alcalde”, quien añadió que “la nueva configuración da protagonismo al peatón, habilitando nuevas plazas y jardines para la estancia y espacios y accesos peatonales, siguiendo los principios del plan Murcia Peatonal”.
Cimentación de la estructura
Los operarios ya han tirado la tabiquería interior de la primera planta de este inmueble histórico (edificios Este y Oeste) y el siguiente paso consistirá en la retirada de los escombros de todas las plantas interiores, la ejecución de la cimentación de la estructura y el cambio de la cubierta. Los operarios están haciendo acopio del material extraído, puesto que será reutilizado dentro de la mejora del propio inmueble.
Más del 50% del presupuesto de la obra, es decir, 1 millón de euros, han sido financiados a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional 2014-2020, en el marco de la Estrategia DUSI Murcia.
Además de la recuperación del edificio de cabecera, que tiene una superficie construida total de 1.322 m2, y su adecuación para usos de carácter social, cultural y recreativo (con sala de exposiciones, sala de conferencias, espacio para la memoria histórica etc.), se crearán espacios exteriores ajardinados y se abrirán nuevos accesos peatonales alrededor del inmueble y desde diferentes lados del edificio, así como un carril bici.
“Los patios al oeste y sur originalmente cerrados se convertirán en plazas vinculadas y abiertas a este nuevo entorno peatonal en el que se multiplica por ocho el área peatonal, pasando de 370 a 2.800 metros cuadrados, un nuevo espacio que culminará el eje saludable que constituye la Avenida Alfonso X El Sabio, pasando por La Circular”, indicó José Ballesta.
91 años de historia
El edificio de la antigua Prisión Provincial de Murcia, que permanece cerrado desde hace 39 años, está catalogado como Elemento Singular y se caracteriza por su disposición arquitectónica en planta de cruz, creando un conjunto de estancias separadas y patios ajardinados. Fue construido a principios del siglo XX, inaugurado en junio de 1929 y cerrado en 1981.
Fase I: edificio de cabecera
La cabecera o edificio de acceso al complejo, en el que destaca la presencia de un blasón de la provincia de Murcia sobre la puerta de acceso, se plantea como un inmueble completamente permeable y abierto a la ciudad, donde el ciudadano podrá transitar perimetralmente o a través del patio existente sin barreras arquitectónicas.
Conservación de las antiguas torres
Tanto el ala derecha como el ala izquierda del edificio, que actualmente quedan divididas, estarán conectadas mediante un módulo acristalado situado en la fachada trasera del edificio, de manera que no cambie la percepción de la fachada principal.
Además, se crearán espacios públicos ubicados en cada una de las dos naves del edificio y existirá un acceso con recepción en planta baja para los tres espacios públicos, con un núcleo de comunicación vertical.
Se mantendrán las antiguas torres de vigilancia y el muro perimetral exterior noreste (colindante con Correos). En estos perímetros se instalará una celosía de perfiles metálicos y espaciado variable, buscando la permeabilidad total de los patios con la ciudad y una mayor sensación de amplitud en el entorno urbano que revele el edificio al ciudadano.
Fase II, siguiente paso
El Ayuntamiento ya está trabajando en la Fase II y próximamente sacará a licitación el pliego de condiciones para la adjudicación del proyecto de ejecución, que comprenderá una superficie total de 8.000 m2.
Las dos fases constructivas apoyan la idea de que el edificio de cabecera y el edificio del panóptico funcionen independientemente, además se abrirá un tercer acceso por el noroeste del centro al módulo norte. Estos tres accesos potenciarán la apertura y flexibilidad del complejo, posibilitando diferentes modos de funcionamiento dependiendo de las necesidades del centro.
Comité de Expertos en Materia Cultural
El Comité de Expertos en Materia Cultural convocado para estudiar los distintos usos de este inmueble ha definido la Cárcel Vieja como “emblema cultural de carácter polivalente”.
Según el acta de las conclusiones de las reuniones de este equipo de expertos “la coincidencia es unánime al considerar que la estructura arquitectónica y espacial del edificio (planta en cruz, con grandes patios adyacentes), su singularidad y su historia, demandan un espacio de fusión de influencias y culturas, de carácter abierto, no especializado en una disciplina concreta”.
Así, se establece que “el espacio público no debe quedar encorsetado con usos rígidos, sino que han de definirse con un carácter flexible, abiertos a cualquier influencia o tendencias futuras en materia cultural y de vanguardia”.
Además aconsejan “mantener las celdas en planta baja del módulo Este, con una superficie de 196,5 m2, con objeto de no perder la memoria de lo que fue el interior de edificio en su totalidad y proveer multitud de espacios de diferentes dimensiones y posibilidades, creando una riqueza espacial y de usos”.
Los expertos estiman que los patios adyacentes pueden utilizarse como terrazas, para proyección o eventos culturales durante estivales. “Se trataría de crear un ‘mall’ cultural y polivalente, fusión de ocio y cultura, sin especialización en una disciplina concreta”, indican las conclusiones.
Asimismo proponen mantener el auditorio previsto pues su ampliación resulta arquitectónicamente inviable. Asimismo, se indica la necesidad de habilitar espacios de entrada y espera lateral, con el fin de poder acceder de forma directa a la zona del auditorio. En este sentido, se manifiesta que el acceso posterior al auditorio por medio de un vestíbulo perimetral es esencial para su funcionamiento
El área central del panóptico debe ser diáfana, luminosa y flexible. Este espacio se plantea como polivalente pudiendo acoger diversas actividades a la vez que se configura como el punto neurálgico de los flujos del proyecto.