La Asociación para la Conservación de la Huerta de Murcia ha aportado a la Dirección General de Bienes Culturales numerosas fotografías tomadas en una visita con varios profesionales realizada la semana pasada.
Para la asociación HUERMUR es necesario que se lleven a cabo medidas efectivas y reales, que aseguren la conservación del inmueble protegido y eviten su completo derrumbre, con medidas de urgencia en cubiertas, vanos y muros.
La Asociación HUERMUR ha denunciado en la Dirección General de Bienes Culturales, adscrita a la Consejería de Cultura, los derrumbres y el deterioro en aumento de la Torre Guil y sus construcciones asociadas, tras la visita que varios profesionales que colaboran con esta asociación realizaron a la finca de Sangonera donde se ubica.
La denuncia, registrada en el día de hoy, va acompañada de la argumentación legal, fotografías, planimetría y los condicionantes que en su día se marcaron en el Plan General de Ordenación Urbana, donde cuenta con una ficha de protección. A pesar de la protección legal con la que cuenta esta construcción histórica, el deterioro su ido en aumento en los últimos años, llegando a producirse nuevos derrumbres que ponen en peligro la integridad y conservación de este bien cultural. Además, la maleza prolifera en los alrededores, y la construcción está rodeada de escombros.
Es por ello que desde HUERMUR se ponen en conocimiento de la administración competente en materia de patrimonio esta situación, pidiendo que urja a los propietarios a recuperar el bien cultural, así como que se tomen medidas cautelares para asegurar su conservación y evitar su completo derrumbe, lo que podría conllevar nuevas infracciones marcadas por la Ley de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia.
Para la asociación HUERMUR “es lamentable que la inoperancia y la inacción de las administraciones local y regional hagan que el patrimonio murciano acabe una vez más en el suelo” ya que “realmente en Murcia no se llevan a cabo medidas efectivas que salvaguarden y conserven el patrimonio en peligro de la comarca de la Huerta de Murcia”.
Desde HUERMUR creemos que “la previsible pérdida de otra torre protegida en Murcia lleva una vez más a que perdamos una parte de nuestra historia, una parte de lo que hemos sido y nos ha caracterizado como murcianos”, ya que creemos que el patrimonio “es un bien fundamental que tenemos que cuidar para evitar que en pleno siglo XXI se siga viniendo abajo” y que de nuevo “las leyes y los acuerdos de las administraciones sean papel mojado”.
Las medidas que propone aplicar HUERMUR, en virtud de la Ley de Patrimonio Cultural, en una presunta infracción grave como ésta, pueden llevar desde la exigencia al propietario a que ejecute las obras de consolidación y conservación necesarias, una multa de entre 100.001 euros hasta 200.000 euros, e incluso podrían llegar a ejecutarse subsidiariamente las obras por la administración y pasarle la factura después al propietario.
Igualmente, desde esta asociación conservacionista queremos resaltar los valores y recursos que se pierden en casos como este, ya que incluso la ficha de protección de Torre Guil señala que sus valores arquitectónicos y paisajísticos, así como su situación, tamaño e instalaciones permitirían su futura explotación turística, lo que habría dinamizado la economía de la zona y asegurado la conservación de este bien cultural.