Han pasado más de 100 días.
100 días para elegir un delegado, un responsable de una pedanía con más de diez mil habitantes que tiene necesidades urgentes y que no tiene respuesta directa a ellos.
En 100 días a nuestro alcalde, el señor Ballesta, le ha dado tiempo a hacer (y publicitar) 100 iniciativas. 100 logros de los que se jactó en los pasados días.
100 días. Más de 100 días.
En los que algunos partidos políticos han tenido tiempo de elegir a sus representantes en Junta Municipal. Otros no.
100 días en los que no se ha podido "sacar un hueco" para ponerse de acuerdo y elegir un representante de ese Ayuntamiento que supuestamente es de todos los murcianos y murcianas, pero que a nosotros, los que vivimos en pedanías, nos mira de lado, de bien lejos y le preocupamos poco.
Habitualmente, en política se habla de "100 días de gracia" para los nuevos gobiernos, para darles tiempo a ponerse al día.
A Beniaján nos los han dado, pero no de gracia, nos han dado "100 días de desgracia".