Los grupos municipales PSOE, IU-Verdes y UPyD presentan una iniciativa conjunta con la intención de que el Pleno del Ayuntamiento de Murcia solicite a la Dirección General de Cultura incoar el expediente que permita su conservación como jardín histórico, ya que es "una seña de identidad de la ciudad y un espacio de gran importancia dentro del paisaje urbano"
Los tres grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Murcia, PSOE, IU-Verdes y Unión Progreso y Democracia, presentan una iniciativa conjunta con la intención de que el Pleno del Consistorio solicite a la Dirección General de Cultura incoar el expediente que permita la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) del Jardín de Floridablanca.
Para los tres grupos políticos esta iniciativa viene motivada por la importancia histórica de dicho parque, "que ha formado parte de la vida de muchos murcianos durante generaciones, siendo una seña de identidad de la ciudad y un espacio de gran importancia dentro del paisaje urbano".
Como explican los políticos de la oposición, José Zapata, Ignacio Tornel y José Antonio Sotomayor, esta declaración BIC se apoya en la 'Guía técnica de conservación y restauración de jardines antiguos e históricos de la Región de Murcia', en cuya publicación ha colaborado la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, y en donde uno de los jardines estudiados es precisamente este espacio.
En dicha Guía, se estudian las características de espacios verdes históricos atendiendo a criterios internacionales establecidos por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS, en sus siglas en inglés), organismo consultivo de la UNESCO para todos los temas relacionados con el paisaje.
Destacar asimismo que dentro del perímetro del jardín, además del monumento al Conde de Floridablanca, existen otras monumentos como los dedicados a los poetas José Selgas y Pedro Jara Carrillo, este último esculpido por José Planes.
Otro de los elementos que conforman la fisionomía del mismo es la portada del antiguo matadero de Murcia proyectado por el arquitecto Jaime Bort en 1748 y que estaba situado con anterioridad en la Plaza de la Paja.
Fue por iniciativa del alcalde de Murcia, José Marín Baldo, el proceso por el cual se procedió a la renovación de la alameda en el año 1849, transformándola en el espacio que ha llegado hasta nuestros días.