Con el fin de aglutinar en un sola imagen todo tio de actividades que se dan en la la Feria, el mensaje es sencillo, sin iconografías anecdóticas.
La estrategia gráfica que ha seguido Corazón para el diseño del cartel de la Feria de Murcia, comienza por su implantación. Durante unas semanas, los murcianos y sus visitantes van a ver en sus calles este cartel, así que partiendo siempre del mismo original, hs adaptado la gráfica a las condiciones de lectura en cada soporte (bandeloras, mupis, carteles).
El original ha venido planificado otorgando todo el protagonismo a la convocatoria: Feria de Murcia, y dejando a la imagen en un segundo plano. Una imagen que ha querido que resultase tan seductora como evocadora de una Fiesta “total”, para todos los públicos. Los amantes del teatro, los taurinos, los amantes de la música, los niños, a los que la fascinación del fuego, en las hogueras, en los fuegos artificiales, sigue atrapándoles.
Para los desarrollos tipográficos ha utilizado el mismo recurso del Logotipo del Ayuntamiento, pra continuar consolidando su nueva Identidad Gráfica, de la que también es el creador.
Ha querido diseñar"un cartel que no se consuma inmediatamente una vez visto, que tenga un punto de misterio, que provoque hablar de él. Como con el arte, no hay que preguntarse qué significa, sino qué me sugiere. Y cuantas más cosas sugiera, será mejor cartel", añade.
El cartel, desde sus comienzos, es el producto gráfico urbano por excelencia. La comunicación gráfica, desde finales del siglo XIX, encuentra en la ciudad su hábitat natural, donde los muros y las calles constituyen un soporte natural y, desde ellos, lanza sus mensajes. Unos mensajes que deben competir con el entorno, entornos serenos hasta comienzos del siglo XX, que se van volviendo cada vez más “ruidosos” conforme la vida de la ciudad se va acelerando.
Según recuerda el artista, a esa complejidad se refería Cassandre, el gran maestro del cartelismo moderno, cuando afirmaba que “el cartel tiene que ser como un puñetazo en el ojo”. Pero ese grito en las paredes, pronto se tropieza con los nuevos medios de comunicación de masas, la prensa, la radio y finalmente la televisión que sustituyen sus funciones comunicacionales con mayor eficacia.
El cartel deja de ser entonces un “medio agresivo” gráficamente, para reconvertirse en un “medio seductor”. El cartel pasa a ser un componente estético en el paisaje urbano, que es el momento que vivimos ahora.
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