El concejal socialista Juan Patricio Castro señala que el alcalde Cámara no puede seguir sin dar la cara ante sus ciudadanos cuando las investigaciones judiciales siguen confirmando las cuestionadas decisiones y actuaciones llevadas a cabo por altos funcionarios y políticos, en su propio beneficio y durante años, en la ya desaparecida Gerencia de Urbanismo
El edil del Grupo Socialista Juan Patricio Castro afirma que, más allá de las responsabilidades penales, aún por determinar, dentro de las operaciones de presunta corrupción urbanística conocidas como Umbra y Barraca, la responsabilidad política última es del alcalde de Murcia que fue quien en su día nombró a los altos funcionarios y a los políticos que hoy están en la picota.
"El alcalde no puede seguir sin dar la cara ante sus ciudadanos, más cuando las investigaciones judiciales confirman las cuestionadas decisiones y actuaciones llevadas a cabo por altos funcionarios y políticos, presuntamente en su propio beneficio y durante años, en la antigua Gerencia", asegura Castro, quien por el buen nombre del Ayuntamiento exige a Cámara y al PP que asuman responsabilidades políticas y se cree una comisión de investigación que sirva de cortafuegos para evitar que se vuelvan a repetir actuaciones como las que están siendo investigadas.
Actuaciones que, para el edil socialista, suponen un claro varapalo judicial al modelo urbanístico promovido y consentido por Cámara durante años. Recordar la sentencia del Tribunal Supremo que ha declarado nulo de pleno derecho el llamado 'teletransporte', figura urbanística aplicada en numerosos planes parciales del municipio y que, según los informes judiciales a los que hoy hacen mención varios medios de comunicación regional, no sólo era un elemento para adquirir suelo público, sino que fue también una herramienta para facilitar presuntamente el enriquecimiento de algunas personas.
"No es posible que todo el personal de la degradada Gerencia de Urbanismo y media ciudad supiera que se hacían cosas raras con los expedientes de Peñalver (las denominadas carpetas naranjas) y que el entonces concejal de Urbanismo, Fernando Berberena, quien trabajaba codo a codo con él; y el mismísimo alcalde Murcia, no supieran nada, y lo que es peor aún, que no hayan querido saber nada después", finaliza.