Un estudio realizado por un grupo investigador que encabeza el profesor del Departamento de Ingeniería Química Enrique González ha demostrado que los efectos de la contaminación que se concentra en las gasolineras se perciben desde los edificios que están a menos de 100 metros de éstas.
La investigación, que ha sido publicada en "Journal of Environmental Management", señala que el aire de las gasolineras y sus inmediaciones se ve afectado por las emisiones procedentes de la evaporación de los combustibles de automoción.
En las gasolineras, indica la coautora Marta Doval, "se registran niveles de algunos compuestos orgánicos en el aire –como el benceno, que incrementa el riesgo de padecer cáncer- superiores a los medidos en localizaciones urbanas donde la principal fuente de emisión es el tráfico".
Los investigadores han medido las concentraciones de contaminantes en tres gasolineras murcianas para establecer la distancia a la que las estaciones de servicio dejarían de tener influencia, y en los tres casos se han obtenido distancias de influencia máxima de 100 metros y una media a la que ya afecta la contaminación de cerca de 50 metros.
Como dice Enrique González Ferradás, de los resultados se desprende que "debería respetarse una distancia mínima de 50 metros para viviendas y de 100 metros para actividades especialmente vulnerables", aunque, puntualiza, las distancias sometidas a la contaminación "dependen del número de surtidores, del volumen de expedición de combustibles, de la intensidad de tráfico, de la estructura del entorno y de las condiciones meteorológicas".
Los investigadores advierten también en su estudio que las gasolineras no son la única fuente de emisión de los contaminantes y que de poco sirve proteger a la población de las estaciones de servicio si no se controlan las otras fuentes de emisión.
De este artículo se ha hecho eco el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).