El Grupo Municipal Socialista exige al gobierno local que estudie la posibilidad de suspender y dejar desierto el procedimiento de adjudicación para la contratación del servicio de basuras en defensa del interés público.
Y es que, para los socialistas, este proceso de adjudicación ha estado desde el principio plagado de sorpresas, improvisaciones y dudas.
Falta de transparencia
En primer término, el portavoz del PSOE, Alfonso Navarro, alertó en su día sobre el excesivo peso de la subjetividad en las valoraciones que había fijado el propio pliego de condiciones para la concesión del servicio de recogida de basura, un 47 por ciento de la puntuación se adjudicó de forma totalmente subjetiva, a tenor de la interpretación.
En aquel momento, Navarro ya exigió al PP municipal mayor claridad, transparencia, publicidad y objetividad en el procedimiento de adjudicación del contrato público del siglo que va a costar a los murcianos 1.200 millones de euros en veinte años, 57 millones anuales.
Acentúa los desequilibrios
Igualmente, el portavoz del PSOE denunció que el citado pliego de condiciones tampoco busca el equilibrio del servicio en todo el territorio del municipio, condenando nuevamente al ostracismo a las pedanías para las que se fijan medios y frecuencias de limpieza desequilibradas.
Dos únicas empresas y una oferta a través de un imputado
También nos parece sorprendente, prosigue, que dada la importancia y magnitud económica de dicha concesión sólo concurrieran al concurso para la adjudicación dos únicas empresas; y que una de ellas, de forma absolutamente asombrosa, presentara su oferta a través de un imputado en un caso de presunta corrupción.
Error de principiante
Y ahora, una vez que una de las dos empresas licitadoras, Sacyr, ha quedado descalificada, los socialistas muestran también su preocupación porque, a juicio de Navarro, "nos llama poderosamente la atención que esta empresa, con amplia experiencia contrastada, cometa un error de principiante, un defecto de forma que, según la Junta de Gobierno, es razón más que suficiente para no tomar en consideración su oferta".
"Resulta insólito que una empresa que está acostumbrada a licitar este tipo de contratos cometa un error de primerizo incorporando su oferta económica dentro de la oferta técnica, algo increíble, subraya Navarro.
Al final una única empresa
De todo este proceso repleto de improvisaciones y falta de rigor –manifiesta el portavoz del Grupo Socialista- la conclusión y la resultante para un contrato de 1.200 millones de euros, con 20 años de duración, es que se presenta una única empresa, sin competencia alguna y sin posibilidad de comparación de su oferta con ninguna otra.
"Mostramos nuestra preocupación por el cariz que ha tomado la contratación de este servicio y por ello planteamos al PP que estudie la posibilidad de suspender el procedimiento de adjudicación de inmediato", insiste Navarro.