Un trabajo publicado en la revista online "Enfermería global" de la Universidad de Murcia ha señalado la existencia de una relación de causa-efecto entre los trastornos del comportamiento perturbador (TCP) en la infancia y adolescencia y el desarrollo de un trastorno por abuso de sustancias (TAS).
En este escenario, el artículo destaca el papel de la Enfermería en los niveles de diagnóstico precoz (etapa escolar), prevención secundaria (una vez que se manifiestan las primeras conductas disociales en la etapa preescolar y escolar), tratamiento y rehabilitación (planes de cuidados individualizados, intervenciones comunitarias, tratamientos residenciales, terapia estratégica familiar breve).
Los autores, entre los que se encuentra la profesora de Enfermería de la Universidad de Murcia Concha Rivera, han observado que los estudios más recientes establecen que, en los trastornos por abusos de sustancias concurrentes con un TCP, se dan factores de riesgos familiares, como estilo parental inadecuado, disciplina inconsistente, déficit de habilidades para la educación, etc.
La bibliografía consultada coincide en que se necesita más investigación sobre el tratamiento precoz de este problema, que sale de lo estrictamente sanitario e invade otras esferas como la económica, social, cultural y judicial. La Enfermería del siglo XXI, concluyen los autores, tiene que adaptarse a este nuevo panorama.
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