Murcia, 16 nov (EFE).- El Club Baloncesto Murcia, que ayer fue humillado por el Meridiano Alicante, que a priori es un rival directo por la permanencia, y que le ganó por 44 puntos de ventaja (113-69), lleva dos años seguidos encajando la paliza de la temporada en la Liga ACB, competición de la que el cuadro murciano es el colista.
Moncho Fernández, quien está viviendo la cara amarga del deporte en su debut como técnico en la máxima categoría del baloncesto español, tiene a su equipo hundido en la clasificación con una sola victoria en siete jornadas, y en ninguno de los encuentros que ha perdido ha tenido en realidad opciones de ganar en los últimos instantes. Para colmo, en sus dos últimos compromisos, en Málaga ante el Unicaja, donde perdió por 84-54; y ayer en Alicante, fue vapuleado.
Esta tónica ya se mantuvo durante la campaña 2008/2009, entonces con Manolo Hussein en el banquillo, pese a que se acabó obteniendo la permanencia en una agónica última jornada en la cancha del CAI Zaragoza. En ese ejercicio, el 105-60 sufrido en la pista del Tau Vitoria, supuso la mayor paliza de la temporada, un dato negativo que se repite en la presente campaña, pues el 113-69 es la mayor diferencia de puntos que se ha dado en las siete primeras jornadas de este campeonato.
La derrota más sangrante en la historia del baloncesto español está, no obstante, lejos de los marcadores que se dan hoy en día y data de la campaña 1975/1976 cuando el Real Madrid ganó al Breogán de Lugo por 140-48, con 92 puntos de diferencia.
Eso es pasado y en cuanto al presente, los números no dejan lugar a dudas para pesar del CB Murcia, que es el equipo con más puntos en contra, 595 para una media de 85; y el segundo que menos puntos a favor, 478 para una media de 68,2,; registro sólo empeorado por el Cajasol Sevilla, que ha anotado un punto menos.
Con esos malos registros y la moral por los suelos encarará el cuadro murciano una semana en la que el jueves recibirá al Xacobeo Blusens de Santiago de Compostela y el domingo visitará al DKV Joventut de Badalona.
En esos dos encuentros seguramente estará en juego la continuidad de Moncho Fernández, quien no se mordió la lengua después del encuentro de ayer y dijo que "empezando por mí, lo que hemos hecho ha sido una vergüenza y por ello pido perdón a quien nos paga y a la afición".
"No tengo palabras para describir lo patético y vergonzoso que hemos jugado y nos merecemos todos los calificativos que nos han dedicado nuestros aficionados desde la grada", añadió el técnico en referencia a los gritos de los más de 200 seguidores granas que viajaron a Alicante y que llamaron mercenarios a los jugadores del equipo. EFE