Murcia, 1 oct (EFE).- El presidente del Consejo de Hombres Buenos, Sigifredo Hernández, ha dicho hoy que este tribunal consuetudinario luchará para que no desaparezca la huerta de Murcia como lo ha venido haciendo en sus 1.300 años de historia, y desde ahora con más ahínco, según ha insistido, tras su designación por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Hernández, acompañado por un secretario, cinco vocales y dos procuradores del Consejo, ha presidido esta mañana una reunión informal en el salón de plenos del ayuntamiento de Murcia, donde se reúnen los primeros jueves de cada mes para dirimir los problemas de riego entre los labriegos de la huerta que no han podido solucionar previamente con un acuerdo amistoso entre las partes.

La designación de la Unesco, según Hernández, les va a obligar a cuidar muy bien los casos que se presenten, visitando in situ las zonas objeto de conflicto y "si es posible que no tengan que venir aquí", en referencia al salón de plenos del ayuntamiento, a escuchar una sentencia que se verán obligados a cumplir.

El presidente del Consejo de Hombres Buenos dice que no hay día en que no reciba algún caso en su despacho de la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia, y comenta que ahora estos asuntos son más graves que una simple tanda de riego que habitualmente ocasionaba las disputas, por lo que el trabajo es más arduo y difícil en el siglo XXI en que gran parte de esa zona regable ha sido ocupada por el desarrollo urbanístico de la ciudad.

Precisamente ese desarrollo urbanístico es el que ha motivado últimamente más problemas a los regantes en los casos en que los urbanizadores han hecho caso omiso al terreno del cauce de riego, cercándolo y cortando el paso al agua.

El alguacil del Consejo de Hombres Buenos, José Luis Jiménez, comentó que puede haber una decena de casos cada semana, pero los responsables de cada heredamiento intentan solucionar las diferencias en primera instancia, y así el 90 por ciento de los casos se resuelven antes de llegar a juicio.

El alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, ha recibido a los miembros del Consejo con motivo de su reconocimiento como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, y lo ha definido como un "tribunal que concilia y aúna voluntades para evitar enfrentamientos, impartiendo justicia a través del sentido común y con una paciencia sin límites".

"Muchos territorios e instituciones tendrían mucho que copiar de lo que aquí se hace cuando se reúne el Consejo de Hombres Buenos", ha agregado el alcalde antes de afirmar que el tribunal de aguas "forma parte del carácter murciano y de una tierra en la que se busca el bien común y el interés general".

Los Tribunales consuetudinarios y tradicionales están reconocidos en la Constitución Española de 1978 y en 1999 una ley reconoció su carácter de Tribunal Consuetudinario y Tradicional, desapareciendo el agravio comparativo que existía con el Tribunal de las Aguas de la Vega Valenciana.

El Consejo consta además de 30 procuradores que se presentan a estos juicios como suplentes para que en ningún caso deje de celebrarse la vista por ausencia de los titulares del tribunal.

Antiguamente era todos los domingos en la puerta de la Iglesia de Santa Catalina de Murcia donde se reunían los "homes bonos", cuyo códice del Fuero Juzgo data de 1266.

Hubo un paréntesis durante los siglos XV y XVI en el que fueron los ayuntamientos los que impartían justicia en materia de agua y se habla de azotes y manos cortadas en aquella época.

Desde 1332, en que se documenta la primera reunión, son los propios regantes quienes debaten y toman las decisiones que les parecen oportunas, cuyas sanciones son pecuniarias.

Por último, Sigifredo comentó que "ojalá pudieran dictar una sentencia para que no nos quitaran el agua del Ebro", en referencia a la derogación en 2004 del trasvase proyectado.

El presidente del Consejo de Hombres Buenos mostró su beneplácito a la posibilidad que, al igual que en el tribunal valenciano, sus reuniones pudieran ser objeto de una visita turística. EFE