Llegados desde Madagascar, Kilema ofrecerá mañana viernes 22 de mayo un concierto de música tradicional de su país, a las 20 horas en la calle Basabé. Kilema es hoy uno de los principales exponentes de música Malagasy –originaria de Madagascar y poco conocida en nuestro país- y uno de los referentes de las músicas del Índico, con profundas raíces africanas. El trabajo de este músico es una búsqueda de sus raíces y un reconocimiento de lo más profundo de su cultura. La base rítmica de su música proviene de la katsá, instrumento de una percusión fabricado con una lata pequeña de leche condensada, un palo y piedras de playa. En sus conciertos suenan otros instrumentos tradicionales como el marovany, caja larga con cuerdas en ambas caras, parecida a un arpa.
B´net Marrakech son cinco poderosas mujeres del interior del Alto Atlas que cantan, gritan y tocan una amplia colección de instrumentos de percusión, consiguiendo un espectáculo hipnótico en el que suena la música tradicional bereber –inspirada en el fondo más remoto de la memoria humana- y otros estilos más contemporáneos como el chaabi y rai (el sonido pop urbano de Marruecos). En sus conciertos suenan instrumentos de cuerda como el oud y kemeche (violín de espiga), además de los lamentos espirituales de Gnawa, descendientes de los antiguos esclavos negros para los que utilizan el lad guimbri y un conjunto de palitos de metal. Actuarán mañana, a las 21 horas, en la Plaza de Europa, mientras que La Fuga lo hará a las 22 horas en la Plaza de Toros.
Bajo la batuta del director checo Ondøej Kukal –también compositor y violinista además de una de las personalidades más destacadas del ámbito artístico de su país-, la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia interpretará dos de las más célebres y conocidas obras del también checo A. Dvorak: las Danzas eslavas y la Sinfonía nº 8 en sol mayor Op. 88. Postromántico y nacionalista, Dvorak es uno de los grandes compositores de la segunda mitad del siglo XIX. Será a las 22 horas en la Plaza Belluga.
Livika es la realización de un sueño perseguido durante años por un grupo de percusionistas que apuesta por unir a las personas y sus culturas a través de la percusión. Livika despierta la energía de los tambores y la muestra en un espectáculo de ritmo y baile que nos acerca a nuestros orígenes más primitivos. Su música se nutre de la percusión tradicional de las culturas del mundo utilizando instrumentos originales. Desde Senegal, los djembes y doundoums destilan la tradición negra que alimenta los tambores del mundo, tejiendo entre danzas y manos una ceremonia global de ritmo y color; mientras, la samba y su rabia desfilan por el Caribe abriendo al cuero más latino las puertas de los compases contenidos y exactos del flamenco. Ofrecerán un concierto mañana, a las 22,30 horas en la Pérgola de San Basilio.
Los bajos de la Plaza de Toros serán el escenario de tres conciertos: el Quarteto Bossa Nova (24 h.), capitaneado por Charles Pita; el cantante cubano Ramón Fabián y su cuarteto (1,30 h.) y Lafra con su klezmer y jazz de la Europa central (3 h.).
La Puerta Falsa será el escenario, a las 0,30 horas, del concierto de Al –Mouraria, un grupo portugués que combina la magia del fado tradicional con el nuevo fado, secuelas de estilo árabe y tintes de nostalgia “saudade”. Liderado por la voz de Filipa Sousa, Al-Mouraria trasciende la estructura musical del fado para enriquecerlo con los sonidos del bajo acústico, la flauta, la viola, el saxo, la guitarra portuguesa y el acordeón.