La Dirección General de Patrimonio Natural y Biodiversidad suministra truchas de la piscifactoría del embalse del Cenajo para contribuir a la alimentación de los ejemplares criados en cautividad
El consejero de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá, destacó hoy que “la población de nutrias en la Región ha evolucionado positivamente en los últimos diez años”, con motivo de su visita a las instalaciones de Terra Natura para ver las últimas nutrias nacidas en cautividad, cuyo destino será reforzar las poblaciones silvestres que habitan en nuestros ríos.
La nutria (Lutra lutra) es una especie en peligro de extinción, aunque en la última década ha llegado a ocupar hábitats no habituales como el río Argos o la Vega de Lorquí. La población actual está entre los 25 y los 30 ejemplares, oscilando entre los 0,05 y 0,2 individuos por kilómetro ocupado de cauce, en función de los recursos alimenticios, unas densidades que el consejero consideró como “similares a otras poblaciones de la cuenca mediterránea”.
La especie se distribuye por todo el río Segura desde su entrada en la Región hasta el municipio de Lorquí. También por el río Alhárabe, desde la presa de la Risca hasta su desembocadura en el Segura, y por los afluentes Argos y Quípar. “Actualmente -señaló Cerdá- presenta su máxima distribución conocida ocupando más de 200 kilómetros de cauces, cuando en 1997 sólo ocupaba 130 kilómetros”.
Proyecto de recuperación
La Fundación Terra Natura colabora con la Consejería en el proyecto de recuperación y reintroducción de esta especie en peligro de extinción en su hábitat natural. La Dirección General de Patrimonio Natural y Biodiversidad suministra truchas vivas de la piscifactoría del embalse del Cenajo para contribuir a la alimentación de los ejemplares criados en cautividad, que de esta forma pueden mejorar las técnicas de alimentación y supervivencia.
En los últimos meses han nacido dos nutrias en las instalaciones de Terra Natura en Murcia, donde se ha recreado el hábitat natural de esta especie. El futuro de estos ejemplares, que han sido bautizados como Zaran y Gollo como homenaje a esta tierra, será, en caso necesario, su reintroducción en los cauces fluviales de la Comunidad para reforzar las poblaciones silvestres.