Murcia, 14 ene (EFE).- María Emilia D., la única testigo del crimen cometido en una nave abandonada ubicada en la pedanía murciana de Algezares en junio de 2007, dijo hoy en el juicio que el acusado, Sixto Alfredo I., "estaba siempre muy furioso", y que llegó a pensar que estaba loco.
Esta mujer, compañera sentimental de la fallecida, A.V., señaló que conocía al acusado unos catorce años antes del crimen, cuando éste trabajaba en Cáritas, y añadió que las discusiones con él cuando se encontraban por las calles de Murcia "eran frecuentes".
La testigo, que declaró ante el jurado popular que juzga al acusado en la Audiencia Provincial de Murcia, indicó que: "estaba acostada con mi compañera cuando entró él y comenzó a apuñalarla, tras insultarnos".
María Emilia D. aseguró que entre el presunto agresor y la fallecida se produjo un forcejeo cuando ésta intentó arrebatarle el cuchillo con el que se cometió el crimen.
Esta segunda sesión del juicio contó también con la declaración como testigos de los policías que investigaron los hechos y los que detuvieron al acusado pocas horas después del crimen, cuando paseaba por una calle de Murcia tras haberse desprendido de algunas prendas que se había manchado de sangre.
La vista continuará mañana con la prueba pericial en la que intervendrán los forenses que practicaron la autopsia.
El fiscal pide 17 años de prisión por un delito de asesinato, mientras que la acusación particular pide 20 años, y la defensa considera que los hechos constituyen un delito de homicidio y solicita una pena inferior en aplicación de varias circunstancias atenuantes.
En la primera sesión de la vista oral, celebrada ayer, Sixto Alfredo I. reconoció los hechos al afirmar: "acudí a la nave para hacer las paces con la víctima, y perdí la cabeza", aunque añadió que se limitó a defenderse de la agresión de ésta. EFE